“Hoy he sido perseguido durante todo el día por la policía sandinista, desde la mañana hasta esta hora de la noche. En todo momento durante todos mis movimientos del día. Al final de la tarde, encontrándome en la casa de mi sobrina he ido directamente a preguntarle a los oficiales de la Policía por qué me persigue. Me han informado que ellos obedecen órdenes”.
Así comenzó a describir Álvarez lo que tuvo que vivir este 19 de mayo en Nicaragua. Lo hizo a través de un video difundido en las redes sociales en el cual indicó que les dijo a los policías que ya “era suficiente esta persecución”.
“Lejos de suceder, lo que realmente creí, que con una básica voluntad o mínimo sentido común de parte de las autoridades superiores de la Policía y del Gobierno iba a suceder, realmente, lo que aconteció fue lo contrario: entraron en mi círculo de privacidad familiar”, prosiguió.
“Llegaron a mi casa privada, familiar, paternal, maternal, poniendo en riesgo la seguridad de mi familia. Entonces, me regresé a la parroquia del santo Cristo de Esquipulas, aquí en Las Colinas, dónde quiero agradecer a monseñor Carlos Avilés, que me ha dado hospedaje, y me ha acogido como huésped en esta parroquia”, continuó Álvarez.
Ayuno indefinido
Álvarez es un obispo nicaragüense nacido el 27 de noviembre de 1966 en Managua. Actualmente se desempeña como obispo de Metagalpa y administrador apostólico de Estelí. Más allá de la denuncia de persecución que hizo pública, Álvarez dio un paso más. Anunció el comienzo de “un ayuno a agua y suero indefinido”.
E indicó: “Hasta que la Policía Nacional, a través del presidente o del vicepresidente de la Conferencia Episcopal, únicamente, me haga saber que van a respetar mi círculo de privacidad familiar”.
“Ellos me han hecho saber en uno de los semáforos de la carretera a Masaya, en donde me detuve para preguntarles nuevamente qué pasaba (con la persecución) y me contestaron que era por mi seguridad, pero ya sabemos precisamente, que la inseguridad en este país, es por la Policía. Es decir: los que nos hacen sentir inseguros con esta persecución, son ustedes, hermanos policías”, manifestó.
Un llamado a los fieles
Por otra parte, Álvarez invitó a los fieles, si así lo quieren, a unirse a este ayuno indefinido que lo hagan. Vayan a las parroquias a las diócesis que estoy pastoreando, donde los párrocos se lo permitan “a adorar al Santísimo, a orar, a cantar, a alabar al Señor, y a ayunar por el tiempo que ustedes así lo consideren conveniente”.
“También a hacer vigilias, unido a este servidor. Yo estaré en oración. Estaré haciendo exorcismo desde aquí, estaré orando. Estaré ante el Santísimo, celebrando la eucaristía. Estaré elevando mis súplicas al Señor, para que pueda cesar está situación de hostigamiento durísima y cruel para todos nosotros”, concluyó.
Apoyo, solidaridad y un mensaje de la Iglesia
La situación de los religiosos en Nicaragua, en cuanto a persecución y hostigamiento, se ha ido endureciendo una vez más en los últimos tiempos. Según medios como El Confidencial, otros sacerdotes como el padre Harving Padilla, en Masaya, también han denunciado que el régimen liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo le tiene impuesta “parroquia por cárcel” debido a que está cercado por policías y paramilitares.
Desde la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua en los últimos días también hubo un pronunciamiento con respecto a la situación del país en la que se indica “preocupación” (ver mensaje aquí).
En tanto, desde la Arquidiócesis de Managua se expresó cercanía y unión en oración para con Álvarez. Lo propio con mensajes de apoyo como del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, quien mostró “cercanía fraterna” para con Álvarez.
“El poder de Dios está sobre su pueblo. ¿Quién como Dios?”, fue el último mensaje que escribió a través de Twitter este obispo que denunció persecución en Nicaragua.