Juana, mejor entrenadora de los tiempos modernos. Para Alexandre Dianine-Havard, fundador del sistema Institut de Leadership Vertueux (Liderazgo Virtuoso) y gran admirador de Juana de Arco, la heroína de Orleans "nos comunica la belleza y la grandeza del ser humano, nos despierta sed de vida, de emprender y de sacrificarse".
Él mismo lo experimentó hace unos veinte años. Mientras trabajaba como abogado en Finlandia, el rostro de Juana, "resplandeciente de luz y pureza", se le apareció una noche y le susurró, en inglés: “¡Vamos! " (¡Vamos!). "Una gracia que me invitó a abandonar mi profesión de abogado para dedicarme a la enseñanza del liderazgo virtuoso en todo el mundo", confía Dianine-Havard en las primeras páginas de su excelente librito Coaché par Jeanne d'Arc, ed. Laurier), publicado en noviembre de 2021.
Convencido de la grandiosidad y modernidad que ofrecía la figura de Juana, se esforzó por observar diferentes episodios de su vida y establecerlos como modelos aplicables a la vida cotidiana contemporánea.
A lo largo de los quince capítulos que componen el libro, el lector se deja llevar por Juana de Arco que "susurra buenos consejos al oído". Veamos tres perlas de sabiduría entre las quince que aparecen.
1NO TEMAS AL FRACASO.
A pesar de una vida heroica, Juana experimentó algunos fracasos. El más llamativo es sin duda el de haber sido quemada viva en Rouen, cuando los ingleses aún no habían sido expulsados de Francia. Sensación de una misión inconclusa.
Y, sin embargo, hace decir Alexandre Dianine-Havard a su heroína: "Gracias a mi martirio se completó mi misión. A la misma hora de mi ejecución, los ingleses empezaron a dudar de su victoria. Además, galvanizados por su fortaleza y su coraje, fueron sus soldados quienes cumplieron su misión, ya no con ella, sino para ella. Asimismo, su juicio, tan escrupulosamente registrado, cronometrado y sellado, acabó convirtiéndose en una obra para su gloria, gracias a la cual el mundo entero supo de su vida."
2DESARROLLA TU GRANDEZA DE ALMA.
"La persona magnánima quiere hacer grandes cosas, pero sobre todo quiere ser grande", escribió Alexandre Dianine-Havard en sus artículos de Aleteia sobre Martin Luther King. ¿Cómo ser grande? Aquí nuevamente, Juana de Arco lidera el camino.
Esto implica descubrir la grandeza en las cosas pequeñas y ordinarias, como lo hizo Juana durante su vida sencilla como pastora.
Requiere también dejarse tocar por la belleza, la bondad, la virtud, practicar la contemplación antes de actuar. La magnanimidad, según Alexandre Dianine-Havard, también se adquiere a través del esfuerzo de una vida regular: todos los días, Juana iba a misa y se arrodillaba a la hora de las completas.
"Es la regularidad, no la emoción del momento, lo que construye el carácter y educa el corazón".
Finalmente, desarrollar tu grandeza de alma significa no dejar pasar la oportunidad de actuar. Juana se mantuvo firme para convencer a Robert de Baudricourt de que la llevara ante el rey. "Debo estar ante el rey", declaró a Jean de Metz, "porque él no tiene más ayuda que la mía".
Del mismo modo, Alexandre Dianine-Harvard nos invita a actuar siempre como si "no hubiera más ayuda que uno mismo".
3No buscó honores.
"Nunca busqué ser aplaudida. Me bastaba saber que Dios me amaba. Cualquiera que tenga un profundo sentido de su dignidad no necesita ser aplaudido", dice Juana en el libro de Alexandre Dianine-Havard.
Llegar a ser mejor pasa por la purificación de las propias intenciones. Es vivir no para ser aclamado sino para hacer la voluntad de Dios. Lo que hizo Juana. Completamente. Podría haber esperado legítimamente un gesto de los franceses para tratar de liberarla cuando estaba prisionera de los ingleses, pero no se hizo nada. "Así que no te preocupes si los que iban a aclamarte te olvidan o te calumnian. Busca sólo agradar a Dios."