El 21 de julio de 1987 permanece en la retina de muchos en la Amazonía ecuatoriana. Esa fecha es recordada como el día en que el obispo capuchino Alejandro Labaka y la hermana Inés Arango, ambos misioneros en esa zona de la “casa común” (Laudato Sí), fueron matados por las lanzas de los nativos huaorani.
Increíblemente, todo esto se dio luego de un acercamiento que se prolongó por 25 años con los huaorani, siendo que hasta se aprendió a vestir, a comer y hablar en su lengua. Sin embargo, más de que estas tribus lo querían, hubo una que no: los tagaeri, quienes jamás habían aceptado la intromisión de otras personas en su territorio.
Prioridad absoluta la vida de los indígenas
«Regresamos felices con los primeros signos de buena acogida», había escrito el obispo días antes de su muerte al tratar de seguir estrechando vínculos de acercamiento con ellos y convencerlos de que abandonaran los territorios por las amenazas de las compañías petrolíferas.
Fue entonces que el 21 de julio, tras bajar en un helicóptero junto con la hermana Inés en una zona clara del bosque, fue la última vez que se supo de ellos con vida. Con el paso de las horas fueron encontrados sus cadáveres y, según la reseña de los capuchinos, se hallaron 160 orificios en el cuerpo de Labaka y 67 en el de la hermana Inés.
La décimo sexta caminata, más de 700 km
Según una nota difundida por Cáritas Ecuador, el Vicariato Apostólico de Aguarico invita a la décima sexta caminata por Alejandro y por Inés. “Caminamos juntos, en comunión, participación y misión, con Alejandro e Inés”, es el lema. Está previsto que esto suceda entre el 9 y 21 de julio.
“(…) Es un camino de denuncia y de conciencia de lo que está pasando en la Amazonía, estamos queriendo despertar a todos para defender a los pueblos y la casa común”, expresó Txarly Azcona, director de Cáritas Aguarico.
Por último, en cuanto a las características de la invitación, también se señaló que se hará en tres modalidades: a pie, bicicleta y virtual.
“Además de hacer memoria de la entrega martirial de Alejandro e Inés, después de 35 años de su (21 de julio de 1987), también nos anima al compromiso actual de caminar como pueblo de Dios con la gente sencilla de la Amazonía”, agregta Txarly sobre esta propuesta de recorrido de más de 700 kilómetros en 12 días
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