"Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre"
Nuestros abuelos solían repetir este hermoso refrán, ¿lo conoces?
“Tres jueves hay en el año
que relucen más que el sol:
Jueves Santo,
Corpus Christi
y el día de la Ascensión”.
¿Sabes lo que es el Corpus Christi?
Antes lo llamaban Corpus Domini. Es la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía.
Es una fiesta extraordinaria en que damos testimonio de nuestra fe y de la certeza de la presencia viva, real, de Jesús en cada hostia consagrada por las manos de un sacerdote católico.
En este video de Aleteia, te explicamos el milagro detrás de la fiesta.
Para mí es la fiesta grande en la que celebramos a mi amigo de la infancia, el buen Jesús presente en todos los sagrarios del mundo entero y en cada Eucaristía.
Dios se hizo presente
¿Por qué dudan? Jesús fue claro al decirnos:
He visto con mis ojos milagros patentes en la Eucaristía. No tengo dudas. Sé que allí está Jesús.
No te dejes arrastrar por la duda
También he leído que hay católicos que no creen como debieran en la presencia real de Jesús VIVO en cada hostia consagrada.
Dudan que pueda ocurrir. Qué grave error privarse de las abundante gracias que recibimos en cada comunión...
No ven más allá, cierran los ojos del alma, para ellos todo es terrenal. Viven con la incredulidad de santo Tomás, deben ver y tocar. Pero olvidan algo fundamental:
Así mismo dudaron algunos sacerdotes. Les costaba creer que Jesús estuviese vivo en aquellas hostias que habían consagrado.
De pronto, en sus manos ocurrieron milagros eucarísticos con los que Dios se complació en ayudarlos para que dejaran de dudar y creyeran.
La hostia ante sus ojos se convirtió en carne y el vino en sangre. Uno de los milagros más célebres ocurrió en Lanciano, Italia.
Sentidos y fe
En el canto Tantum Ergo de santo Tomás de Aquino hay una frase que me gusta mucho. Te lleva a la reflexión:
Tus sentidos humanos no son capaces de ver la grandeza, el misterio, el milagro de amor que se lleva a cabo frente a ti.
La grandeza de la comunión
Ojalá que podamos valorar este misterio y que comulguemos con mayor fervor. Y luego podamos reflexionar sobre estas palabras de una monja carmelita, santa María Magdalena de Piazzi:
Después de comulgar tengo presentes esas palabras y dedico un rato a conversar con Jesús y agradecer tantos favores inmerecidos, su amor, su amistad, las gracias que nos da, y sobre todo que habita en mí, aunque no lo merezca.
Gracias Jesús por cumplir tu promesa: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 29) ¡Qué bueno eres Jesús!
Canta a Jesús
Hoy es un día celebrar y para agradecer este don que se nos da, y cantarle a Jesús, postrados ante Él. Sin pena alguna cantarle con toda el alma y el corazón:
¡Feliz día de Corpus Christi! ¡A vivir nuestra fe!