A sus 23 años, podemos asegurar que estamos ante un deportista de éxito, sin duda alguna. Tadej Pogacar (Komenda, Eslovenia, 1998) ganó el Tour de Francia en 2020 y 2021, y también ha vencido otras importantes citas ciclistas a nivel mundial, como el Tour de California 2019, o varias etapas de la Vuelta a España del mismo año.
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Ahora mismo participa en el Tour de Francia 2022. Pero mientras lucha por hacerse con su tercer maillot amarillo (el distintivo de los ganadores de la carrera gala), los medios de comunicación de varios países se han hecho eco de otra lucha que le hace sufrir: la que protagoniza su propia familia.
Él mismo la ha dado a conocer a través de su cuenta de Instagram, donde se puede ver a una niña sonriente junto al siguiente mensaje en inglés: “¡Ayuda! Mi primita Julija está desaparecida”.
8 meses sin ver a su prima
El diario alemán Express publica que, a fecha del 1 de julio, la familia de Pogacar lleva 240 días sin tener noticias de una prima del ciclista esloveno de tan sólo 10 años.
Desapareció el pasado otoño, y por eso su llamamiento es desesperado, también a través de las redes sociales, confiando en lograr algún avance.
La niña se llama Julija Pogacar, y no saben nada de ella desde el 3 de noviembre de 2021, cuando su madre (Melisa Smrekar) se la llevó junto con una pareja de amigos.
El padre, Peter Pogacar, publica vídeos en los que dibuja corazones en una pared, uno nuevo cada día que pasa sin recibir noticias de su hija.
“Llevábamos años viviendo separados, su custodia es compartida. Un día [su madre] se llevó a nuestra hija. Y la pequeña todavía no ha vuelto”, dice Peter, tal como leemos en el diario belga Le Soir.
Los medios eslovenos explican que Melisa recogió a la niña en el colegio asegurando que se iban de vacaciones. Fue el último sitio donde se les vio.
El factor secta
Al principio, algunos indicios apuntaban a que habrían ido a España y, más en concreto, a algún lugar apartado donde no tuvieran cobertura de comunicaciones, para estar ilocalizables.
Sin embargo, las sospechas de Peter Pogacar se dirigen hacia una secta a la que pertenece la madre –o al menos perteneció– y de la que, según parece, también forma parte la pareja que la acompañó en su alejamiento.
Un indicio importante que explicaría la desaparición de la niña y de su madre es que el grupo al que apunta Peter, aunque nació y se desarrolló en Eslovenia, en 2020 se trasladó a las islas Azores, por lo que piensa que su hija podría estar allí, o en cualquier otra comuna de la secta en Europa.
“Como no usan teléfonos, Internet ni redes sociales, es casi imposible rastrearlos”, señala el padre, según recoge Slovensk Novice.
Por eso Peter Pogacar ofrece una recompensa de 10.000 euros para quienes puedan ayudar en la investigación y el hallazgo de la pequeña Julija.
Una gurú resucitada y ascendida
La secta se llama Academia Lana Praner, y se trata de un grupo bastante minoritario y desconocido, que se mueve a nivel esloveno –aunque también publica información en inglés, para aumentar su radio de proselitismo–.
Su líder, Lana Praner, aparecía en 2017 en el medio esloveno Govori.se como una maestra espiritual que ha pasado por el trance de la muerte y ha revivido, difundiendo desde entonces su nueva percepción de la realidad.
Una pequeña secta que, sin embargo, debe ser motivo de preocupación por su proyección y su gran capacidad potencial de daño personal y familiar.
Un ejemplo lo muestra el canal de Youtube de Lana Praner: cuenta con una cifra aparentemente baja de suscriptores (3.820 a día de hoy), pero sus 255 vídeos –repletos de conferencias y sesiones de meditación– han logrado un total de 1,66 millones de visualizaciones.
Paz interior y armonía: el señuelo New Age
“Lana Praner es una persona que eleva con su propia frecuencia personal la conciencia colectiva de las personas para lograr la paz interior y la armonía. Ella revela el mundo del más allá y es la conexión con los mundos físicos de las constelaciones planetarias exteriores”, según la web oficial de la secta.
De esta forma, siguiendo un procedimiento muy común en el entorno del esoterismo New Age –el channeling o canalización–, se presenta como canal (channel) o transmisora de verdades procedentes de los mundos superiores.
Según la Academia Lana Praner, el cuerpo de su líder es utilizado por “lo más elevado de las Deidades Supremas de la Existencia Original”.
Con el lenguaje habitual de la Nueva Era, leemos que “la Fuente permite que lo Más Elevado de la Luz eduque y revele los caminos hacia lo más bajo a través de Ella [Lana Praner] a todos aquellos que están en el planeta Tierra listos para la transformación y el eventual regreso a Casa”.
Conspiracionismo y riesgos
De esta forma, la gurú se presenta como mediadora e incluso colaboradora de un propósito divino.
Y además de su enseñanza pública, ofrece sesiones individuales para “ayudar” a las personas a comprender sus “vidas anteriores, que son la base para la vida del individuo aquí y ahora”.
Una técnica basada en la reencarnación que la convierte en la referencia principal para sus adeptos, que creerán ciegamente en sus consignas.
Para ello –como sucede siempre con los líderes sectarios– asegura ser alguien con una identidad y una misión muy especiales: “Lana es una persona que ha superado la decadencia física del alma y ha podido regresar y revivir su cuerpo físico terrenal de vuelta a la vida”, según su web oficial.
Las declaraciones de Peter Pogacar, padre de la niña desaparecida, no parecen descabelladas después de ver en qué se basa la secta:
“Los extraterrestres las salvarán”
Las palabras recién citadas del padre de la pequeña, recogidas por el medio esloveno Svet 24, continúan mostrando su miedo:
Unos mensajes que recuerdan peligrosamente a otros tantos grupos sectarios que obsesionan a sus seguidores con miedos y conspiraciones, ofreciendo una salvación segura si la adhesión al líder es inquebrantable.
Sin ir más lejos, acaban de cumplirse 25 años del suicido colectivo de la secta Puerta del Cielo, que también hablaba de un “rescate extraterrestre”. Las preocupaciones de la familia de Julija están, por tanto, sobradamente justificadas.