Los 18 de días de paro durante el mes de junio aún permanecen en las retinas de Ecuador y la región. Es que fueron jornadas de manifestaciones, violencia y hasta personas (5) que han perdido la vida.
Sin embargo, el pasado 30 de junio, los protagonistas de esta situación cargada de incertidumbre -movimientos indígenas y gobierno- lograron llegar a un acuerdo paz gracias a la mediación de la Iglesia.
No obstante, más allá de lo simbólico de la «firma de paz», y que precisamente se diera al final de un mes dedicado al Sagrado Corazón (con todo lo que ello significa en cuanto a que Ecuador es el primer país de América en haberse consagrado a esta famosa devoción), los desafíos a futuro no son para nada menores.
Un nuevo encuentro este 7 de julio
«Gracias, cuenten siempre con nosotros», expresó el presidente de la CEE y arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, luego de la firma del pasado 30 de junio. Fue él quien también tuvo palabras de reconocimiento para con los indígenas y el gobierno una vez alcanzado el acuerdo que permitió el fin del paro y el regreso de los manifestantes a sus comunidades.
Con la Iglesia como garante, este 7 de julio estaba previsto el primer encuentro entre el gobierno y el movimiento indígena en el marco de los 90 días establecidos en el acta para darle solución a los temas pendientes presentados en el marco de los reclamos.
«En base a ese compromiso ha sido acordado entre las partes una primera reunión de la Mesa Técnica. En esta reunión se determinará la metodología de trabajo, se establecerán los temas a tratar y se definirá una hoja de ruta con los pasos a seguir durante estos 90 días», se indicó a través de un comunicado difundido por la Iglesia este 5 de julio.
La Iglesia estableció que el sitio del encuentro fuera la propia sede de la CEE y se agregó: «Confiamos que este proceso de diálogo, discernimiento y toma de decisiones nos ayude a construir juntos un Ecuador de fraternidad, justicia y equidad».
El rol de la Iglesia durante el paro
Pero también ha emitido en la noche del viernes, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, un mensaje con énfasis en la «justicia social como meta» y «el respeto al orden constituido, el camino».
Posteriormente, desde la Arquidiócesis de Quito surgió un nuevo comunicado titulado «¡Camino de perdón… Camino de paz!» y firmado por el arzobispo Alfredo Espinoza Mateus.
«Jamás pensé que casi tres años después tendríamos que volver a escribir un nuevo llamado a encontrar el camino del perdón», comienza diciendo el arzobispo en su mensaje. Luego de hacer referencia a la violencia desatada en los últimos días, prosigue en otro pasaje:
«¿Estamos dispuestos a sentarnos a escucharnos como hermanos? ¿Estamos dispuestos realmente a dialogar buscando el bien común? ¿Abrimos nuestro corazón al otro y lo vemos como un verdadero hermano? ¿Queremos construir esta sociedad justa y fraterna?».
En medio de esto, otros sitios vinculados a la Iglesia como la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) o la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) que se han ofrecido como «zonas de paz» y «ayuda humanitaria» en pleno conflicto.
En tanto, luego de un primer intento de diálogo frustrado, la Iglesia se convirtió en la mediadora entre el gobierno y los indígenas.