Un mes antes de que estallase la pandemia, más de 250.000 personas llenaron las salas de cine francesas para ver Lourdes, un documental que acaba de estrenarse en España y que en octubre saltará a los cines de Latinoamérica.
Mucho ha cambiado la sociedad desde entonces… salvo en dramas como el del bullying, que sigue lacerando el día a día de miles de niños y adolescentes. Pero, ¿qué tiene que ver el famoso santuario mariano con casos como el de Izan, el último de los acosos escolares que se han viralizado en internet? Más de lo que parece.
Dos ateos fascinados por Lourdes
Filmado por dos cineastas ateos, Thierry Demaizière y Alban Turelai, Lourdes recorre el itinerario de dolor y esperanza de distintos peregrinos que acuden a la gruta de las apariciones, y entre los que hay situaciones de lo más variopintas: un travesti atormentado; un militar junto a su hijo enfermo, que viajan para pedir el milagro para otro hijo desahuciado; un padre con una grave enfermedad degenerativa…
Toda la cinta está rodada con enorme respeto por la fe de sus protagonistas y sin caer en moralismos ni en estereotipos porque, como Demaizière y Teurlai reconocen para Aleteia, «muy pronto nos dimos cuenta de que lo más importante de lo que ocurre en Lourdes es ese momento íntimo en el que los peregrinos acuden a encontrarse con la Virgen a través de sus oraciones. Por eso les pedimos permiso para grabar sus voces, casi murmurando, en las que expresan sus plegarias más profundas y potentes».
Unas oraciones que mostraron a ambos cineastas cómo los peregrinos «se dirigen a la Virgen como a una auténtica Madre, una madre de verdad, que les hace sentirse mirados como personas, sin importar esas circunstancias de dolor por las que la sociedad les excluye, esconde y menosprecia».
La oración de una víctima de "bullying"
Entre los casos que filmaron, Teurlai destaca uno que le impactó singularmente porque «muestra la importancia que tiene Lourdes para muchos jóvenes que no ven sentido a su vida, y que ante la Virgen encuentran motivos para vivir»: es el caso de Bernardette, una adolescente de 14 años, víctima de bullying por el sobrepeso que le causa una enfermedad rara.
A la joven, cuya mirada perdida denota una fragilidad interior que contrasta con su aspecto físico, el diagnóstico le llegó cuando era una bebé. Desde entonces ha tenido que luchar contra 70 quistes y 2 embolizaciones, y toma 12 pastillas diarias. Pero su calvario no es solo físico: lo que realmente le tortura es el acoso en la escuela. Una situación de tal gravedad que llegó a pedir a su familia mudarse a Lourdes, por ser el único lugar donde se sentía segura.
«Santa María, he venido aquí a confiarte una cosa…»
La falta de recursos en su hogar, donde solo perciben el subsidio por desempleo de su padre, impidió el traslado. Sin embargo, sus padres logran ahorrar cada mes unos cuantos euros para costearse una peregrinación anual al Santuario, tras la cual la enfermedad de Bernardette remite durante 3 o 4 meses.
Pero ni la gracia de esa sanación física transitoria logra mermar los ataques. Así, rota de dolor, la joven acude a la gruta de la Virgen y expresa una oración breve y desnuda, donde las palabras lentas, los silencios y los sollozos dejan intuir en toda su crudeza la realidad del bullying:
«Santa María. He venido aquí para confiarte una cosa. Me acosan en la escuela. La gente me dice cosas horribles. De verdad: quiero que todo esto pare».
«Nuestra Señora: ya sabes lo que ella ha soportado. Los ataques verbales, los insultos en internet… Confiamos plenamente en Vos para el próximo curso escolar. Ella realmente necesita Vuestra ayuda», añade su padre.
La historia de la joven sigue hasta el final del documental. Pero no haremos spoilers. Basta concluir con las palabras de Alban Turelai y Thierry Demaizière para Aleteia: «El ejemplo de Bernardette muestra que cada vez más jóvenes buscan ante la Virgen aquello que de verdad necesitan y que no encuentran en la sociedad. Ante ella, estas personas normales y corrientes se sienten cuidados, queridos y respetados, a veces por primera vez. Y sienten que en la Virgen, pueden confiar».
Y es que Lourdes sigue dando muestras de que la Virgen ayuda a las personas de todas las épocas. Hoy lo hace dando sanación también a los enfermos de males contemporáneos: el acoso, en todas sus formas, es uno de ellos.