Benedicto XVI es papa emérito pero su impacto fue enorme. Sus profundas palabras siguen dando forma a la filosofía, la teología y la vida de la Iglesia y del mundo.
Una próxima conferencia en la Franciscan University (Steubenville, Ohio, Estados Unidos) celebrará su pensamiento y sus importantes contribuciones.
La universidad será la sede de la Fundación del Vaticano Josef Ratzinger/Papa Benedicto XVI para la conferencia del 19 al 21 de octubre.
El tema de la conferencia es "La visión de la iglesia de Joseph Ratzinger y su relevancia para los desafíos contemporáneos". Su propósito es explorar las riquezas de su pensamiento y aplicarlo a los desafíos que enfrenta la Iglesia hoy.
Los asistentes pueden esperar una rica fiesta de fe e investigación intelectual sobre una serie de temas y asuntos interesantes y relevantes que tocan la vida y la naturaleza de la Iglesia: cultura, iglesia y estado, historia y escatología, sinodalidad, liturgia, primacía petrina, Escritura , ecumenismo, laicismo, pastoral, evangelización, el papel de la mujer, y mucho más.
La visión del papa emérito Benedicto XVI puede ayudar a la Iglesia a superar desafíos críticos. Estas son algunas de sus ideas más penetrantes...
Sobre entender lo que la gente realmente necesita
"Al ver con los ojos de Cristo, puedo dar a los demás mucho más que sus necesidades externas; puedo darles la mirada de amor que anhelan."
Sobre la esperanza que vive debajo de los tiempos más difíciles
"Si sigues la voluntad de Dios, sabes que a pesar de todas las cosas terribles que te sucedan, nunca perderás un refugio final. Sabes que el fundamento del mundo es el amor, para que aun cuando ningún ser humano pueda o quiera ayudaros, vosotros sigáis confiando en Aquel que os ama."
Sobre el papel de la mujer en el cristianismo
"Es teológica y antropológicamente importante que la mujer esté en el centro del cristianismo. A través de María y de las demás santas mujeres, el elemento femenino está en el corazón de la religión cristiana."
Sobre responder al mal con esperanza y fe
"Tener esperanza cristiana significa saber del mal y, sin embargo, ir al encuentro del futuro con confianza. El núcleo de la fe descansa en aceptar ser amado por Dios, y por tanto creer es decir 'Sí', no sólo a él, sino a la creación, a las criaturas, sobre todo a los hombres, para tratar de ver la imagen de Dios en cada persona. y así convertirse en un amante."
Sobre dar nuestra vida a Dios sin retener nada
"Si dejamos que Cristo entre plenamente en nuestra vida, si nos abrimos totalmente a él, ¿no tememos que nos quite algo? ¿No tenemos tal vez miedo de renunciar a algo significativo, algo único, algo que hace que la vida sea tan hermosa? … ¡No! Si dejamos entrar a Cristo en nuestra vida, no perdemos nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo en esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo en esta amistad se revela verdaderamente el gran potencial de la existencia humana. Sólo en esta amistad experimentamos belleza y liberación. Por eso, hoy, con mucha fuerza y mucha convicción, sobre la base de una larga experiencia personal de vida, os digo, queridos jóvenes: ¡No tengáis miedo de Cristo! No te quita nada y te lo da todo."
Sobre el propósito de la verdadera educación.
"La finalidad de toda educación cristiana es, además, formar al creyente en una fe adulta que pueda hacer de él una 'nueva criatura', capaz de testimoniar en su entorno la esperanza cristiana que lo anima."
Sobre el llamado de Dios a amar salvaje, generosa, gozosamente y totalmente
"Mis queridos jóvenes, quiero invitarlos a 'atreverse a amar'. No deseéis para vuestra vida nada menos que un amor fuerte y hermoso y que sea capaz de hacer de toda vuestra existencia una empresa gozosa de don de vosotros mismos a Dios y a vuestros hermanos, a imitación de Aquel que venció el odio y la muerte para siempre por el amor (cf. Ap 5, 13)."
Sobre la necesidad de belleza en nuestras vidas, hogares, iglesias y liturgia
"La belleza, pues, no es un mero adorno, sino un elemento esencial de la acción litúrgica, ya que es un atributo de Dios mismo y de su revelación. Estas consideraciones deben hacernos darnos cuenta del cuidado que se necesita para que la acción litúrgica refleje su esplendor innato."