El 2 de octubre, como relató en su reciente publicación de blog, el padre John Bok del St. Anthony Friary and Shrine en Cincinnati, Ohio, conducía para celebrar misa en una parroquia cercana cuando otro automóvil se desvió y se dirigió directamente hacia la puerta del lado del conductor.
El automóvil que se aproximaba, conducido por un adolescente que sufría un ataque epiléptico, golpeó un poste de metal doblado y salió volando por encima del coche del padre John, en lugar de chocar directamente contra él. Ni el adolescente ni el padre John resultaron heridos.
Pese al hecho de que un coche se le acercara por la izquierda, el padre John ni siquiera se dio cuenta de lo que había sucedido en ese momento porque tiene mala visión periférica. Pero todo fue captado por la cámara de seguridad de una funeraria local y un amigo se lo mostró más tarde.
La experiencia, que ocurrió en la Fiesta de los Ángeles Custodios, le dio mucho que pensar al exprofesor de ciencias:
"Conduzco un Hyundai Sonata 2014. Según Google mide 4,83 pies de altura. ¿Por qué el poste estaba parado en ese lugar exacto unido a nada? ¿Según qué leyes de la física levantó el auto del niño casi 5 pies en el aire y lo envió sobre mi auto? Muchas preguntas. Ciertamente estoy agradecido a Dios. Continuaré preguntándome cuánto jugó Dios y cuánto jugaron las leyes de la ciencia en esta experiencia. Y me sigue haciendo gracia el hecho de que no me di cuenta de lo que pasó hasta que vi el video… Como siempre, Dios es bueno".
La reflexión del padre John trae a la mente la relación amorosa y de mucho tiempo atrás que la Iglesia Católica tiene con las ciencias. Desde Copérnico hasta George Lemaitre (el padre de la teoría del Big Bang), ha habido innumerables pensadores católicos a lo largo de los siglos que aceptan el hecho de que la fe y la razón van de la mano, o en el caso del padre John, se unen en el lanzamiento de un auto sobre un auto.