El comportamiento de los seguidores nipones no deja de asombrar por su civismo. La primera vez que se hizo evidente su estilo fue durante el Mundial de Francia’98.
Después, en las siguientes competiciones deportivas en las que han participado se ha repetido la acción: una vez acabado el juego, los hinchas recogen toda la basura de las gradas que han ocupado.
Maravillosa tradición nipona
De hecho, días antes del enfrentamiento de su selección con Alemania, los seguidores de Japón que asistían al partido inaugural de este Mundial de Qatar’22, ya limpiaron sus asientos.
En ese caso, se enfrentaron las selecciones de Ecuador y los qatarís. Y al finalizar, los aficionados japoneses presentes en el estadio Al Bayt recogieron la basura y las banderas que fueron desechadas en las gradas.
Un influencer local, Omar Farooq, grabó las imágenes de ese momento en el que los fans japoneses recogían la basura en grandes bolsas azules que ya tenían preparadas y compartió la grabación en Instagram:
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Uno de los aficionados explicó: "Somos japoneses, no dejamos basura detrás de nosotros y respetamos el lugar". El propio Farooq se mostró asombrado:
"Esto es algo de lo que he oído hablar, pero nunca pensé que fuera tan real. Vaya. Todo el respeto".
También los jugadores
Pero no solo los hinchas tienen estas buenas costumbres. También los jugadores del equipo nacional dejaron su "marca de la casa" en el vestuario después del partido épico contra la selección de Alemania. Contra todo pronóstico vencieron los japoneses. Ocurrió el pasado miércoles 23 de noviembre.
Así lo mostró el twitter oficial de la FIFA.
El caso es que, después de la celebración de la victoria en el vestuario del estadio Khalifa de Doha, los "samuráis azules", dejaron las instalaciones impolutas y ordenadas.
La próxima cita del equipo de Japón en Qatar se produjo el domingo 27 frente a Costa Rica y la conducta de los aficionados y jugadores nipones volvió a despertar curiosidad y admiración.
Su próximo partido será el jueves 1 de diciembre ante España.
Una costumbre muy arraigada
Podemos pensar que la educación y la cultura niponas son las responsables de este comportamiento tan ejemplar. Y es cierto, pero esto es así debido a varias circunstancias que quizá deberíamos imitar el resto de los mortales.
La primera es que en Japón la limpieza forma parte de su educación escolar: tanto en su educación básica como secundaria e incluso en la universidad, los niños y jóvenes japoneses se encargan de mantener limpia su escuela: aulas, pasillos, baños, patios y alrededores.
No es un castigo sino una responsabilidad
Estas tareas de limpieza y orden son parte importante de su enseñanza y forma parte de su currículo escolar. De tal forma que, al convertirlas en rutina, no se consideran como un castigo, sino como una responsabilidad y un deber de todos. Además, ayuda a los niños a desarrollar una conciencia social y orgullo de su entorno.
Limpieza de la casa
Una vez convertidos en adultos, los nipones se encargan de limpiar su casa. Parece una afirmación evidente: cada dueño limpia su casa. Pero en muchos países se contrata a una persona externa para que realice esas labores. En Japón no suele haber servicio doméstico para la limpieza.
Las familias niponas son las encargadas de la limpieza y aseo de su casa. Todos participan diariamente en esa actividad y también cuando hay alguna celebración o acontecimiento extraordinario.
Cuando acaba el año
Además, al finalizar el año es costumbre realizar una gran limpieza general, oosouji en japonés.
En última instancia, para los japoneses las tareas diarias como limpiar y cocinar se consideran parte de su espiritualidad, que los lleva a la meditación. La limpieza se encuentra en el corazón de sus creencias más profundas.
Cultura, educación, espíritu cívico y respeto. Todos estos valores merecen la pena y son dignos de seguir. Ojalá el ejemplo de los japoneses sea imitado por otras aficiones durante este Mundial de Qatar’22 y también después. Y lo adquiramos todos como una costumbre.