«La Navidad que deseo». Es el titulo del especial navideño que protagonizó el papa Francisco este domingo 18 de diciembre de 2022 y transmitido por Canal 5 de Italia.
Francisco pidió volver a llorar por los que sufren, y sobre todo, solidaridad en Navidad. Asimismo compartió sus anhelos de paz para «Ucrania, Siria, Myanmar, África: vivimos una guerra mundial a pedazos», dijo en la entrevista realizada por Fabio Marchese Ragona, vaticanista de Mediaset.
El Papa habló de los pueblos que en la Noche Buena seguirán bajo las bombas, sentirán hambre, frío, y lo peor, según indicó, sentirán «la indiferencia» de quienes le dan la espalda. «La guerra es como una mística de destrucción», sostuvo.
Niños ucranianos: ¡Ninguno sonríe!
«La guerra es una locura», abundó. Luego denunció con vehemencia el «comercio de armas».
«La industria armamentística, una industria que en lugar de hacer avanzar a la humanidad hace cosas para destruir. Estamos locos».
Ante los horrores de la guerra, el Papa afirmó: «Por favor, no tengamos miedo, pero lloremos un poco». «Hoy echamos de menos llorar por estas crueldades».
El Papa observó que al recibir «a muchos niños de Ucrania que los traen a la audiencia (general del miércoles en el Vaticano). Ninguno de ellos sonríe, ninguno, te saludan pero ellos no pueden sonreír, quién sabe lo que vio ese niño…», afirmó con dolor.
Una Navidad de guerra
Desde que estalló la guerra el Papa ha hecho más de 130 llamamientos a favor de la paz y ha telefoneado a los dos presidentes, le ha pedido a Putin si podía reunirse con él en Moscú para intentar detener la guerra, ha hablado varias veces con el presidente Zelensky, señaló Marchese Ragona.
Además, se recordó las lágrimas del Papa, su emoción, en la Plaza de España cuando llevó ante la Virgen el sufrimiento de los niños de Ucrania. Francisco explicó que «la guerra empezó con Caín. El espíritu de Caín. Quien mata por celos, mata por interés…Es horrible».
Entretanto, advirtió sobre «las consecuencias sociales» que se ven venir en toda Europa «la inflación típica de la guerra», las facturas de electricidad y gas que no pueden pagar. «Estos son los efectos de la guerra» «Los precios vuelan, la objetividad se pierde…Todo está conectado», sostuvo el Papa. «Hay países, pienso en Yemen, donde existe la posibilidad de que los niños mueran de hambre»
Evitar gastos excesivos en Navidad
El Papa dijo que le preocupa mucho «la actitud de indiferencia». Entonces, hizo un llamamiento con motivo de la Navidad: «Por favor, mide el gasto navideño, mídelo. Es una Navidad triste, una Navidad de guerra. Hay gente que se muere de hambre».
«Por favor, tengan un gran corazón y no gasten como si no pasara nada. La indiferencia es una de las cosas contra las que tenemos que luchar tanto y ustedes, los periodistas, tienen un poco la misión de despertar los corazones para no caer en esta cultura de la indiferencia. "Miro para otro lado, me lavo las manos, no es mi problema” », abundó el Papa.
«El problema es de todos. El depilfarro. Debemos tomar conciencia de este momento histórico, de la pobreza, de lo que me mostraste (señalando la paloma hecha por los niños ucranianos, ed). Que hay niños jugando con un misil ruso, que tienen hambre. Hay gente que se muere de hambre. Al menos celebramos la Natividad porque la Natividad es algo hermoso, es un mensaje hermoso. Queremos fiesta, pero con moderación», recomendó Francisco.
Corrupción en Europa y la gente muriendo de frío
El Papa condenó la corrupción en el corazón de la Unión Europa por sobornos en el llamado ‘Qatargate’, y afirmó que escandaliza en tiempos en que la gente muere de frío y de hambre en la región.
«Esto escandaliza. Todos somos pecadores. Todos: tú, yo y todos nosotros. Y debemos pedir perdón al Señor cada día por nuestros errores». Entonces, pide: «Pecador sí, corrupto nunca. Hoy nos deslizamos del pecado a la corrupción, por lo que no debemos tolerarlo».
«¿Cómo es posible que, con la necesidad que hay en Europa de tantas cosas, estas personas que están en la administración caigan de esta manera en la corrupción?», cuestionó el Papa.
«Yo también soy débil, todos somos débiles. Cada uno tiene su punto, digamos, de personalidad: uno porque es mentiroso, otro tiene ira, otro tiene mal genio. Cada uno tiene la suya. Pecador sí, pero corrupto no». Y luego dijo que «la corrupción te putrifica el alma».