«Pensemos en los muchos niños de Ucrania que están sufriendo mucho a causa de esta guerra». Lo dijo el Papa Francisco al final de la audiencia general realizada en el Aula Pablo VI del Vaticano este miércoles 21 de diciembre de 2022.
«En esta fiesta del Dios que se hace niño, pensemos en los niños ucranianos», añadió el Papa, quien expresó su dolor por lo que ha visto: «Cuando me encontré con ellos aquí, la mayoría no puede sonreír, y cuando un niño pierde la capacidad de sonreír es grave. Estos niños cargan con la tragedia de esa guerra tan inhumana, tan dura. Pensemos en el pueblo ucraniano, esta Navidad: sin luz, sin calefacción, sin lo principal para sobrevivir. Y roguemos al Señor que les traiga la paz lo antes posible».
En el centro de la catequesis, la relación con la Palabra de Dios como «ayuda» para el discernimiento. «La voz de Dios no se impone, es discreta, respetuosa, humilde y precisamente por esto es pacificadora.», afirmó el Obispo de Roma. «En la calma podemos entrar en lo profundo de nosotros mismos y reconocer los auténticos deseos que el Señor ha puesto en nuestro corazón».
En este sentido, el Papa Francisco invitó a ver a Dios en los que sufren y confrontarse con la Palabra de Dios.
La paz en el corazón
«A menudo - continuó el Papa - no es fácil encontrar la paz en el corazón porque estamos ocupados todo el día, corriendo de un lado para el otro.
Por favor calma, entra en ti mismo, en ti misma. Por dos minutos, detente; siente lo que pasa en tu corazón. Pero, hermanas y hermanos, hacer esto nos ayudará tanto porque en ese momento de calma enseguida la voz de Dios te dirá: ‘Mira esto que estas haciendo es bueno…’. Pero dejemos que en la tranquilidad llegue la voz de Dios. Él nos espera para este momento (de calma).»
Para el creyente, - dijo el Papa -, «la Palabra de Dios no es simplemente un texto para leer, es una presencia viva, obra del Espíritu Santo que conforta, instruye, da luz, fuerza, descanso y gusto por vivir. Es un auténtico anticipo de paraíso».
La amistad con Dios
Otro elemento importante que ayuda al discernimiento, según el Papa, es vivir una relación afectiva con Jesús.
«La amistad con Dios nos hace experimentar su amor, su compasión y su ternura; esto nos va transformando el corazón y nos mueve a imitarlo. Por último, recordemos que otro gran auxilio para la vida espiritual es el don del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Su presencia vivificante nos guía y nos instruye, nos ilumina en los momentos de oscuridad y nos anima a seguir adelante sin miedo, sostenidos por su amor», añadió.
Reza al Espíritu Santo
«Rezamos al Padre, rezamos a Jesús, pero nos olvidamos del Espíritu». Lo dijo el Papa. «Pregunto: ¿rezas al Espíritu Santo? Pero, ¿quién es él, el gran desconocido?», preguntó el Papa sin ver las hojas en sus manos. «Una vez, haciendo catequesis a niños, hice la pregunta: ‘¿Quién de vosotros sabe quién es el Espíritu Santo?’.
El Papa dijo que uno de los niños lo confundió con el paralítico, aludiendo al paráclito. «Tantas veces para nosotros el Espíritu Santo es como una persona que no cuenta», se quejó Francisco. «El Espíritu Santo es el que da vida a tu alma, ¡déjalo entrar!».
Luego dijo: «El Espíritu Santo es el discernimiento en acción, la presencia de Dios en nosotros, es el don, el mayor don que el Padre concede a quien lo pide. Es interesante dar vida con el Espíritu Santo: te cambia, te hace crecer».
Pedir la alegría del corazón
La Liturgia de las Horas, en efecto, «hace que los principales momentos de oración del día comiencen con esta invocación: 'Oh Dios ven y sálvame, Señor ven pronto en mi ayuda'. Señor, ayúdame’, porque solo no puedo seguir, no puedo amar, no puedo vivir… Esta invocación a la salvación es la petición incontenible que brota de lo más profundo de nuestro ser».
El discernimiento- afirmó el Papa- «sirve para reconocer la salvación obrada por el Señor en mi vida, me recuerda que nunca estoy solo, y que si estoy luchando, es porque lo que está en juego es importante».
«El Espíritu Santo está siempre con nosotros», aseguró el Papa: « Padre, he hecho una cosa mala, habla con el Espíritu que está contigo, no olvides el diálogo con el Espíritu Santo. 'Estoy en pecado moral', no importa, habla con él, para que te ayude a perdonar. Con estas ayudas, que el Señor nos da, no tenemos por qué temer. Sigamos adelante, con valor y con alegría».
Saludo de Navidad del Papa
Tras resumir su catequesis en las distintas lenguas, el Papa dirigió expresiones especiales de saludo a los fieles presentes.
El Papa saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española. «Cercanos a la celebración de la Navidad, pidamos a la Virgen María y a san José que nos enseñen a comprender el verdadero sentido de esta fiesta, y que nos ayuden a vivirla con paz y alegría, compartiendo lo que somos y tenemos con las personas que más lo necesitan. Que Dios los bendiga. Muchas gracias». La Audiencia General concluyó con el rezo del Pater Noster y la Bendición Apostólica.