«La Curva del Diablo». Así es conocida la zona ubicada en la provincia peruana de Talara (región de Piura) donde en la madrugada del 28 de enero un bus se despistó (cayó a un abismo con unos 75 metros de profundidad) en el kilómetro 121 de la Panamericana Norte.
Según informaron medios locales como Agencia Andina, el bus era conducido por un hombre llamado Jesús Eladio Flores Navarro, quien se transformó en una de las víctimas de una tragedia que dejó más de 25 fallecidos (algunos reportes recientes daban la cifra de 28 muertos) y decenas de heridos.
En el vehículo que hacía la ruta Lima-Tumbes viajaban personas no solo de nacionalidad peruana y entre víctimas también había haitianos, chilenos y colombianos. En ese sentido, según se indica, uno de los objetivos de los haitianos que viajaban en el medio de transporte era llegar a Ecuador. Lo hacían para luego seguir camino rumbo a Estados Unidos.
El bálsamo de la Iglesia
El Arzobispado de Piura publicó un comunicado en las últimas horas a través del cual se indicó que la Iglesia de Piura y Tumbes «no ha cesado desde el primer momento de hacerse presente para llevar la caridad de Cristo a los heridos y el bálsamo de su amor y consuelo a los familiares de los fallecidos».
También se recordó que entre los fallecidos había «cinco niños de entre 8 meses de nacidos y 11 años, quienes murieron junto a sus padres y otros familiares».
Esta situación ha generado que los sacerdotes locales se presentaran en las morgues donde fueron trasladados los fallecidos y también que hayan visitados hospitales donde están los heridos para asistirlos con los sacramentos.
Del mismo modo se viene realizando un acompañamiento espiritual a los familiares de las víctimas, así como ayuda económica para cubrir necesidades básicas como ropa o medicinas. Lo mismo con respecto a la asistencia a pasajeros extranjeros ilesos, principalmente haitianos. Esto con respecto a trámites para el reconocimiento en las morgues de seres queridos fallecidos y la posibilidad de que puedan recibir cristiana sepultura.
Po su parte, Pedro Talledo Nizama, secretario general de la Cáritas local, pidió a los fieles de Piura y Tumbes colaborar con los migrantes a través de donativos a la Parroquia «Santa Rosa de Lima» – Talara o a la Parroquia «Nuestra Señora del Tránsito» – Piura, tal cual agrega el comunicado de la arquidiócesis.
Condolencias y oración
En tanto, la propia Conferencia Episcopal Peruana se unió al dolor ocasionado por la tragedia de un bus en Piura. A través de un mensaje emitido recientemente pidió a las autoridades investigar en profundidad las causas del accidente.
También, tal cual agrega el comunicado publicado por la Iglesia de Perú, pidió a la empresa de transportes asumir la responsabilidad y tomar las medidas necesarias para evitar que se repitan estos sucesos.
«El Episcopado Peruano expresa sus condolencias a los familiares de los fallecidos y acompaña con sus oraciones a los heridos para su pronta recuperación», expresa la Iglesia. Lo hace en medio de un contexto de crisis política a nivel nacional (han persistido las manifestaciones y violencia tras el intento de golpe de estado en diciembre de 2022) y donde aparece también de fondo la situación crítica de caminos y carreteras.