Cada mes de mayo, llevábamos un diario honrando a la Virgen Santísima cada día. El objetivo era conocer más a la Virgen, y sus diferentes advocaciones. Registrar cada buen comportamiento y mal comportamiento. Llevar esto a la confesión. Por último, ofrecer una mortificación a la Santísima Virgen por alguien o alguna causa concreta.
Ayudar a nuestros niños a que lleven un diario para estos cuarenta días de Cuaresma puede ser de gran ayuda. No importa si se está en la primera o en la tercera semana.
El diario de Cuaresma escrito por los pequeños tiene por objetivo tres cosas:
- Comprender las prácticas cuaresmales de oración.
- Comprender y practicar el ayuno.
- Comprender y practicar dar limosnas.
Para llevar a cabo este trabajo y estimular a los niños explicándoles que esta es una tarea, una práctica que los acerca a Dios, podemos tener una conversación en que se le va explicar que a partir de este año vamos a llevar "Mi diario de la cuaresma". Y a continuación ponemos el año.
Podemos emplear los siguientes materiales:
- papel de colores
- cuadernito para llevar el diario
- revistas para recortar
- crayones, plumones y colores.
- tijeras.
- estampitas católicas.
Es importante que la actividad se haga a la misma hora cada día de ser posible. Tal y como se va a clases.
A los mayores nos va muy bien recordar las raíces de nuestras costumbres cristianas y recuperar algo de la actitud inocente de los más pequeños, para volver la mirada a Dios.
La Cuaresma es una práctica que los católicos hacemos cada año, para conocer más de cerca a Jesús. Además es un regalo para cada uno de nosotros, pues en este tiempo miraremos que tan limpio es nuestro corazón y cómo estamos cuidando de nosotros física y espiritualmente.
Cada día y con mucho amor
Pide a los niños que escriban un pensamiento o una jaculatoria para practicar su amor a Dios ese día.
Buscad un dibujo, una estampita o una imagen de una revista o en internet que represente esto. Puede que el niño escoja acciones como:
- querer ser bueno;
- aprender a dejar sus cosas en orden;
- tener un tiempo de oración diaria;
- ofrecer una parte de su mesada semanal, para dar limosna.
¡A los niños todo esto les hace mucha ilusión!
Cuando se haya completado el libro, al final de los cuarenta días, anímalos a que decoren la cubierta donde al comienzo pusieron su nombre y titularon "Mi diario de Cuaresma."
El último día de la Cuaresma habla con sus hijos. Hazle preguntas como '¿qué es que más te gusto de llevar este diario?', '¿qué fue lo más difícil para ti?' '¿qué conociste de Jesús que no sabías?'.
Guarda el diario en un lugar especial de la casa y el próximo año, antes de iniciar la Cuaresma, invita a tu hijo a leerlo y a preparar con entusiasmo y amor la Cuaresma de ese año en curso.
