El cuerpo y el alma de la mujer están hechos para una finalidad especial, escribía en la década de los años cuarenta Edith Stein, luego santa Teresa Benedicta de la Cruz, la brillante filósofa judía y atea, que se convirtió leyendo a Santa Teresa de Jesús y que ha sido proclamada Doctora de la Iglesia Católica.
"La mujer está configurada para ser compañera y madre de los seres humanos"
Celebramos el Día internacional de la Mujer. Organizaciones como la Liga Nacional del Cáncer en los Estados Unidos aprovechan para llevar a cabo la campaña la del vestido rojo, y celebrar así, ser mujer.
En estos eventos, se habla del cuidado del cuerpo, de la importancia de hacer ejercicio, de cómo prevenir un ataque al corazón, y evitar la diabetes.
Mientras, el jabón Dove organiza talleres para enseñar a las niñas, jóvenes, y mujeres todo sobre la autoestima, el amor propio y el cuidado del cuerpo.
Puedo seguir con muchos ejemplos más, sin embargo, ninguna de estas organizaciones, incluye en sus talleres, charlas o ponencias, cuál es en sí el fin principal y último de ser mujer. Nadie habla de dignidad ni misión y menos de maternidad.
¿Por qué se hace tan importante recordar quién es la mujer?
Es importante, porque las mujeres nos estamos diluyendo en el océano de las campañas publicitarias, de grandes marcas de maquillaje, vestidos, joyas, bolsos, zapatos, popularidad; la lista quién es quién y famosos premios, recientemente creados, como el de Mujeres Debajo de los 30, que premia a la mujer que más se destaca en los negocios.
Estas campañas nos presentan a modelos profesionales con tez de porcelana; cuerpos de muñeca Barbie y posados sensuales, en su mayoría en menudos bikinis y con la piel muy bronceada.
Las revistas del corazón nos atrapan a muchas, mostrando bodas de ensueño, mansiones imposibles y las bodas y divorcios del año.
La red Instagram se ha apoderado de las féminas de todas las edades y de todas las profesiones: ¿Cuántos seguidores tiene? ¿Quién tiene más?
Una cosa es cierta: las marcas femeninas están muy lejos de llegar a la mujer como compañera del hombre y madre de los hombres.
Por esto es necesario proteger, custodiar y educar a nuestras niñas de las mentiras de las redes sociales y de la sociedad de cristal.
Qué podemos hacer
- Poner freno a las redes sociales en nuestro día a día.
- Dar ejemplo a nuestras niñas de que no estamos todo el tiempo mirando vidas ajenas, las cuales subconscientemente queremos tener.
- Hablar a nuestras pequeñas de quién es una mujer.
- Organizar un grupo de niñas con el objetivo de elaborar una revista sobre la mujer. En ella elegir temas como: ¿por qué Dios te creó mujer? ¿Para qué Dios quiso que fueras esposa, si esa es tu vocación? ¿Cuál es la misión principal de una madre? ¿Qué quieres hacer para humanizar el mundo cuando seas mayor?
- Darles a conocer a Santa Teresa Benedicta de la Cruz.
- Hablarles de la Santísima Virgen como una mujer incondicional en el amor.
Lo que podemos recordarnos a nosotras mismas desde Edith Stein
Edith Stein menciona las siguientes habilidades humanas e innatas en la mujer:
- Proteger el hogar, los hijos, los valores y principios.
- Custodiar y tutelar la casa y la educación.
- Nutrir y hacer crecer el matrimonio, el hogar, los hijos.
En este Día Internacional de la Mujer, hay una cita de Edith Stein que nos puede ayudar a enfocar las cosas en un plano católico:
"Miremos a la Inmaculada, el punto central de su vida está en su Hijo. Ella atiende su nacimiento con bienaventurada expectación, ella protege su infancia, ello lo sigue en su caminar, cerca o lejos, según lo desea él: ella le tiene en sus brazos una vez muerto; ella cumple con todo aquello para lo que ha sido llamada por Dios".