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El fuerte testimonio de un misionero secuestrado y liberado en Haití

HAITI
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Pablo Cesio - publicado el 31/03/23
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El padre Jean-Yves Médidor es sacerdote de los Clérigos de San Viator (CSV) y rompió el silencio tras su liberación

No todas las historias de secuestros tienen «un final feliz», pero cuando alguien que ha atravesado un fuerte calvario finalmente vuelve a la libertad genera ánimo y se transforma en testimonio que fortalece.

Los casos –y en particular vinculados con sacerdotes, misioneros o religiosos-  abundan. Uno de los ejemplos más impactantes de los últimos años ha sido, por ejemplo, el de la religiosa colombiana secuestrada en África Gloria Cecilia Narváez, quien tras casi cinco años finalmente fue liberada.

El caso de Gloria Cecilia tuvo un largo seguimiento a nivel mediático y hasta pudo recibir la gracia de ser abrazada por el propio papa Francisco. No obstante, otros casos pasan más desapercibidos en algunos sitios de América Latina donde los secuestros a manos de bandas criminales se han vuelto moneda corriente.

GLORIA CECILIA
El hermana Gloria Cecilia Narváez con el papa Francisco en octubre de 2021

El testimonio del padre Jean-Yves

En efecto, en Haití, en los últimos meses se han acumulado varios casos de secuestros. Uno de los más recientes aconteció el 10 de marzo de 2023 en Croix des Bouquets y el protagonista ha sido el padre Jean-Yves Médidor, misionero de los Clérigos de San Viator. 

«Han sido momentos muy dolorosos. Siete hombres armados me sacaron del vehículo en el que estaba. Me vendaron los ojos y me ataron las manos con cordones de zapatos para llevarme al lugar del encierro», expresó el misionero a la Agencia Fides una semana después de su liberación.  

Y su relato continuó así:

«Éramos 30 personas divididas en dos habitaciones pequeñas. Había dos camas para 10 personas. Los demás rehenes tuvieron que conformarse con trozos de cartón colocados en el suelo. Una hora después del secuestro, el jefe de la banda armada me pidió que llamara a casa para anunciar mi secuestro. Las condiciones eran muy precarias, nos daban de comer una vez al día, no teníamos agua potable, ni retretes... hacíamos nuestras necesidades en un agujero».

«Mi relación con Dios se ha fortalecido»

Pero más allá de la dureza de lo que ha tenido que vivir, el padre Médidor reconoció tras su liberación que «se siente bien moral y físicamente».

«He podido reunirme con mucha gente, con mi familia, mis amigos y, sobre todo, con los fieles de mi parroquia de Christ-Roi le Meilleur, en Puerto Príncipe», continuó.

Y aseguró: «Para mí ha sido una experiencia más en mi camino espiritual. Mi relación con Dios se ha fortalecido. He podido estrechar lazos con un pastor evangélico que estaba secuestrado conmigo. Por desgracia, aún no ha sido liberado. Rezábamos juntos, incluso con otros presos como nosotros. En las celdas también había detenidas personas pertenecientes a pandillas».

«He podido sentir el poder de la oración»

Según agrega Agencia Fides, por razones de seguridad, el padre Médidor no iba a regresar de manera inmediata a su parroquia y ha sido sometido a controles médicos.

No obstante, logró ofrecer más detalles sobre cómo ha vivido emocionalmente esos casi 15 días secuestrado:

«No tenía miedo de morir, estaba seguro de que Dios no me abandonaría. Simplemente esperaba el día y la hora de mi liberación. Me preocupaban más mis familiares y mi familia religiosa, que no sabían cómo estaba y que llevaban mucho tiempo presionados por los bandidos».

El padre Médidor sentenció: «He podido sentir el poder de la oración en esos momentos difíciles. Nunca me he sentido solo. Nunca me he desanimado. Hay mucha gente aún en manos de los secuestradores. Algunos llevan allí más de un mes. Me considero afortunado por haber estado prisionera sólo doce días. En nuestras oraciones diarias, pensamos en todas las personas detenidas contra su voluntad. Algunas de ellas están enfermas y frágiles. Que Dios vele por ellos».

Absoluta impunidad

«Desgraciadamente los secuestros por bandas armadas están a la orden del día aquí en Haití. Permanezco aquí para apoyar y acompañar a mis hermanos en este momento tan delicado», reconoció recientemente también a la Agencia Fides Néstor Fils-Aimé, superior provincial de Canadá de los CSV y encargado de anunciar la liberación del padre Médidor.

Es que tal cual recordó también el reciente artículo de Jaime Septién en Aleteia sobre lo sucedido con Médidor, en las inmediaciones de Puerto Príncipe, las bandas secuestradoras suelen actuar con absoluta impunidad y exigen a las comunidades religiosas cuantiosos recursos para liberar a sus víctimas.

Por ejemplo, la zona donde fue secuestrado Médidor es bastión de la banda criminal llamada «400 Mawzoo» (los 400 hombres inexpertos). Es en ese sitio donde frecuentemente ejecutan secuestros, robos de vehículos y extorsión. Pero está lejos de ser un ejemplo aislado, hay unas 150 bandas criminales que operaran de manera activa en el entorno de la capital haitiana.

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