A lo largo de su discurso, el pontífice, de 86 años, señaló la tendencia de los hospitales a acortar las hospitalizaciones, tratando "las fases más agudas de la enfermedad" pero no las "enfermedades crónicas", lo que lleva a "vías que no son respetuosas con la dignidad de las personas", especialmente los ancianos.
El Papa mencionó de pasada la "lógica del lucro", denunciando la privación de trato que sufren los ancianos "para ahorrar dinero" o por "tal o cual motivo". "Todo el mundo tiene derecho a la medicina", expresaba en sus notas. Cuando "los ancianos tienen que tomar cuatro o cinco tratamientos pero solo pueden tener dos", es "una eutanasia encubierta y progresiva", denunció con firmeza.
"Nadie debe sentirse solo en la enfermedad", insistió también el Papa Francisco, señalando que no solo depende de la situación económica. "A veces los ricos se encuentran más solos y abandonados que los pobres", deslizó.
Durante esta audiencia, el jefe de la Iglesia católica llamó a estar "vigilantes" para no "especular con las desgracias ajenas". Recomendó a esta asociación comprometida en la gestión de estructuras sanitarias de inspiración cristiana que "permanezca en la frontera de la necesidad" y que "responda especialmente a la demanda de salud de los más pobres". Y para insistir: los más pobres son "los primeros de la fila".
El obispo de Roma expresó su preocupación por el resurgimiento de la "pobreza sanitaria" en Italia, que está adquiriendo "proporciones significativas, especialmente en regiones marcadas por situaciones socioeconómicas más difíciles". Habló así de los que no pueden ser atendidos "por falta de medios" o "por las listas de espera muy largas, incluso para visitas urgentes y necesarias".
El pontífice también dirigió varios consejos a las instituciones sanitarias de inspiración religiosa: reunirse en "red, rechazando cualquier espíritu de competencia"; crear "nuevos sujetos jurídicos" para ayudar a "las más pequeñas realidades"; ofrecer a los enfermos "cuidados integrales", incluidos los "espirituales y religiosos". También advirtió del "peligro actual" de que los hospitales religiosos sean "alienados" por "razones económicas".
Llamando a los miembros de ARIS a "tomar decisiones valientes", siguiendo el ejemplo de los grandes santos que fundaron hospitales como San Camilo de Lellis, Santa Giuseppina Vannini, San Giuseppe Moscati, Santa Agostina Pietrantoni, el Papa 266 - él mismo incluso fue hospitalizado dos semanas antes con bronquitis- los dejó con esta pregunta: "¿Qué harían hoy estos fundadores y fundadoras?"
