A lo largo de la vida todos tendremos alguna herida emocional. Podemos diferenciar las que nacen de la relación con personas que, sin darse cuenta, nos han hecho algún daño; y las que surgen de conductas claramente dañinas. Me estoy refiriendo a los abusos.
Abuso de poder
Los abusos pueden ser de distintos tipos: es una injusticia porque siempre hay una situación de superioridad de una persona sobre otra.
Puede ser física (tiene más fuerza que yo); pero también una superioridad moral: es para mí una persona de referencia (familiar, profesor, sacerdote, amigo…) y haré lo que me pida que haga, por lo que me hago susceptible de ser manipulado si esa persona no actúa conmigo con respeto y verdad. O tiene poder sobre mí (estoy a sus órdenes o sus decisiones afectan a mi vida; por ejemplo, es mi jefe).
Si hablamos de abusos sexuales, la mejor forma de prevenirlos e intentar evitarlos es una buena formación afectiva y sexual, que nos permite saber qué está bien y qué está mal.
Con frecuencia, esta educación es un tema que los padres no sabemos cómo abordar: tal vez nosotros mismos no tenemos las cosas claras; o nos da vergüenza hablarlo con nuestros hijos.
Sin embargo, es fundamental hablar con ellos porque, entre otras cosas, es una forma de defenderles de posibles comportamientos abusivos de iguales (niños que se aprovechan de otros niños) o de adultos.
Para facilitarnos la tarea, la Diócesis de Getafe nos ofrece Protección de menores. Guía para formadores cuya autora es Begoña Ruiz, experta en Teología del Cuerpo y con gran experiencia impartiendo educación afectivo-sexual.
Explicación teórica y práctica
En la primera parte ("Guía sobre el abuso infantil"), destinada al lector adulto, se explica qué es el abuso; el trauma que provoca en la víctima y cómo procesa los recuerdos de las situaciones de abuso (por ejemplo, la incapacidad de recordar como método de defensa; los recuerdos fragmentados que impiden hacer un relato completo de lo sucedido); señales que permiten detectar el abuso y pautas para hablar con menores que los han sufrido.
En la segunda parte se incluyen 5 talleres de educación afectivo-sexual destinados a niños de post comunión.
Cada taller incluye unas diapositivas que se descargan desde un código QR; y dos explicaciones del contenido del taller, una para el adulto (padres, catequistas, profesores…) y otra para exponer a los niños.
Los talleres son:
- Antes de que el mundo fuera, Dios pensó en ti (el valor infinito de cada persona, creada y amada por Dios; cuerpo y alma; varón y mujer).
- El cuerpo nos permite transmitir la vida (el don de la vida que se transmite desde el abrazo de amor de varón y mujer).
- El valor del pudor y de la intimidad (el pudor defiende la intimidad corporal y espiritual)
- Todos queremos tener amigos (la amistad es valiosa; permite abrir el corazón a los amigos; se vive buscando el bien y felicidad de los amigos. No es buena si en una amistad hay abuso – se explican distintos significados y situaciones que los niños entienden, sin escandalizarles en modo alguno: echarte de donde estás jugando para ponerse él- o secretos – distinguir cuándo es bueno guardar un secreto (una fiesta sorpresa para un hermano) y cuándo no (si un mayor te invita a su casa y no quiere que se lo cuentes a mamá y papá).
- El noviazgo y el matrimonio: diferencias entre amistad y noviazgo; para vivir el noviazgo y el matrimonio hay que esperar a ser adultos; hay besos verdaderos y otros falsos.
Con estos talleres, los niños reciben una visión verdadera, bella y positiva de la amistad y el amor. Pero también aprenden que si alguien se acerca a ellos de otra forma, es importante contarlo.
Si un niño no ha vivido ninguna experiencia extraña, no se sentirá interpelado; pero, si ha vivido o vive una situación dañina, tal vez se decida a preguntar o hablar con la persona que está dando la explicación.
Un gran trabajo que nos ofrece una buena herramienta para hablar de cosas importantes con los pequeños.