Rafaela María Porras y Ayllón (Córdoba, España) es una santa reconocida por haber sido la fundadora de la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
En España, esta esta mujer nacida en 1850 y fallecida en 1925, ha dejado un gran legado a través de sus fundaciones. Sin embargo, en América Latina su obra también ha dejado huella.
Un claro ejemplo de esto es Chile, donde recientemente tuvo lugar la bendición de la casa de acogida a migrantes Santa Rafaela María vinculada a la parroquia Nuestra Señora de Loreto de Tierra Amarilla.
El encargado de oficiar la misa y bendecir las nuevas dependencias -con la mirada en aquellos que tienen que dejar su lugar de origen- fue el obispo Ricardo Morales.
«La hospitalidad de los hombres del desierto se debe a que en esa intemperie y esa sequedad, tener sombra y un vaso de agua ayuda a paliar los efectos de caminar por el desierto», dijo el obispo durante su homilía en relación a la hospitalidad de Abraham narrada en el Antiguo Testamento, tal cual reproduce la propia Iglesia de Chile.
El obispo, además de indicar aquello de ofrecer a los migrantes que puedan experimentar la acogida y el cuidado, expresó:
«A veces vemos a quienes vienen de afuera como un peligro o una amenaza, pero al final descubrimos que quien llega de afuera es un regalo, nos enriquece, nos abre el horizonte».
«El ser humano siempre se ha movido»
«El migrante nos aporta una visión del mundo distinta, nos puede dar temor por la diferencia de idioma o de cultura, pero siempre es un regalo», subrayó el obispo chileno.
Morales prosiguió: «En la historia de la humanidad descubrimos que el ser humano migra, siempre se ha movido; si nos hiciéramos un examen, veríamos que tenemos genes de todas partes del mundo; siempre sale, busca mejores horizontes, mejores condiciones de vida. Todos somos migrantes, nuestra Iglesia es fruto de un migrante».
«Hoy, cuando bendecimos un nuevo espacio de la casa de acogida, pidámosle al Señor que también abra un nuevo espacio de acogida en nuestro corazón», agregó.
Bendición a quienes habitan la casa
Según informó la Iglesia de Chile, en el momento del ofertorio, «personas migrantes llevaron al altar imágenes de distintas advocaciones de la Virgen María, de acuerdo a la patrona de cada país».
Una vez finalizada la misa, la comunidad se trasladó hasta donde están ubicadas las nuevas instalaciones de la casa Santa Rafaela María, habitaciones que ha sido fruto del trabajo de ampliación que han llevado a cabo las religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, responsables de la parroquia. Junto con las nuevas instalaciones, la bendición también alcanzó a las personas que actualmente viven ahí.
«Corazón abierto a los migrantes»
En tanto, mientras la Iglesia de Chile difunde esta nota, solo queda de manifiesto aquello del gesto vinculado a los migrantes, aspecto que se ha transformado en tema de conversación en los últimos años en ese país sudamericano, en especial con la llegada de venezolanos (entre otras nacionalidades como haitianos desde un poco antes) que han salido por la crisis humanitaria.
Es ahí donde aparece esta bendición vinculada a una santa amiga del Sagrado Corazón de Jesús, como Rafaela María símbolo de apertura (del corazón) y cercanía que cobra mayor relevancia en el mes en donde más hace ruido esta famosa devoción.