El nombre de Haití proviene del arahuaco, la lengua de los habitantes nativos de la isla, y significa "tierra de montañas". Hoy es sinónimo de hambre, violencia, cólera, impunidad, secuestro y zozobra.
La población de todo el país caribeño sufre una inseguridad tal que la mayoría de los haitianos pasan sus días en situación de supervivencia, indefensos (el gobierno no existe) y aterrorizada por las bandas criminales.
El pueblo haitiano precisa "un aumento inmediato del apoyo regional e internacional, que incluya la plena financiación del Plan de Respuesta Humanitaria", afirmó la máxima responsable de UNICEF, Catherine Russell.
Además de la catástrofe humanitaria, Haití ha enfrentado, al menos desde 2010, una serie de catástrofes naturales (terremotos, inundaciones, ciclones) que se han aunado a la inseguridad y a la violencia.
"La crisis del hambre en Haití es invisible, sin precedentes y sigue sin resolverse. Casi cinco millones de haitianos luchan por comer todos los días", dijo Russell tras una reunión con las autoridades locales para tratar de salvaguardar a los niños.
Amenazas y dificultades
Se calcula que son casi seis millones de haitianos que precisan de una acción humanitaria de emergencia, entre ellos se encuentran tres millones de niños. 4.9 millones tienen dificultades para comer una vez al día.
Por lo demás, hay 115,000 niños desnutridos severamente que podrían morir si no hay una ayuda exterior que pueda mitigar este flagelo. El problema es que mucha de la ayuda humanitaria, salvo la que se da a través de instituciones religiosas, llega a su destino: los criminales se la apropian.
Según informa la Agencia Fides, "el sistema sanitario está al borde del colapso, las escuelas han sido atacadas por grupos armados y los civiles están aterrorizados, además de privados de sus medios de subsistencia".
Además, en los barrios más peligrosos de la capital, Puerto Príncipe, las mujeres y los niños "sufren niveles asombrosos de violencia sexual".
"Hoy en día, ser niño o niña en Haití es más duro y peligroso que en cualquier otro momento que se recuerde. Las amenazas y dificultades a las que se enfrentan los niños son sencillamente inimaginables. Necesitan desesperadamente protección y apoyo", afirmó Bruno Maes, Representante de UNICEF en Haití.