De uno de sus cuadros se imprimieron millones de ejemplares. Sin embargo, su autora no es un nombre famoso en la historia de la pintura. Es obra de Céline Martin, hija mayor de la familia Martin y hermana mayor de Teresita. El cuadro se titula «Teresa con rosas». Una obra cuya imagen en miniatura acompaña a todos los peregrinos que salen de Lisieux.
También carmelita, Céline pintaba en el monasterio siempre que podía, al igual que en su casa familiar. Y cuando pinta retratos de Teresa, parece sumergirse en el «pequeño camino» del amor vivido por su hermana.
Esbozar el sentido de lo sagrado
Al igual que Céline, otros pintores, algunos de ellos grandes artistas, han intentado descifrar el pensamiento de la monja carmelita ampliándolo y sublimándolo a través de sus obras. Entre ellos, George Desvallières, Maurice Denis y Amédée Buffet. Los tres, al destacar los momentos más importantes de la vida de Teresa de Lisieux, fueron capaces de llevar a sus espectadores por el asombroso viaje de la infancia espiritual de la santa. De hecho, ellos mismos fueron más lejos: compartieron con ella fuertes experiencias espirituales, maravillosas alegrías, pero también pruebas, tal vez incluso «noches oscuras».
Aproximación a la espiritualidad teresiana
Este fue sin duda el caso de Maurice Denis y George Desvallières. Su apego a la espiritualidad de Santa Teresita es palpable y particularmente llamativo. Contemporáneos de la monja carmelita, ambos formaron una joven generación de artistas cristianos que abogaban por un arte audaz a la luz del Evangelio. Y cuando George Desvallières hizo su profesión de fe en la Tercera Orden dominicana, no quería otra cosa que hablar de Cristo a sus contemporáneos, con el profundo deseo de que siguieran creyendo en el sentido de lo sagrado. Pero había otro vínculo esencial entre el artista y la mujer que le había revelado el pequeño camino del amor: la catedral de Notre-Dame de París.
«Su conversión espiritual estuvo ligada a este lugar en 1904. Para la pequeña Teresa, la visita a Notre-Dame en 1887 fue también muy importante. Fue aquí donde comprendió su vocación de entrar en el carmelo. Creo que esta profunda conexión a través de Nuestra Señora de las victorias acercó mucho a mi bisabuelo a la espiritualidad de Teresa. La noción de una vida ofrecida al carmelo y una vida entregada está muy presente en sus obras», explica a Aleteia Maximilien Ambroselli, su bisnieto e historiador del arte.
Amor entrañable
Desde la ternura de la primera infancia de Teresa, hasta su dolorosa ausencia tras la muerte de su madre; desde su primera comunión, «el primer beso de Jesús», hasta el gran día en que entró en el convento «para subir a la montaña del carmelo»; desde sus experiencias místicas hasta el nacimiento del «caminito»... Sin duda, todos estos artistas, conocidos y menos conocidos, han seguido ellos mismos su camino, el camino que ha llevado a tantas personas de todo el mundo a convertirse al gran mandamiento de Jesús: amar a los demás con el amor de Dios.