«Rezaré el rosario todas las noches», prometí varias cuaresmas seguidas. Cada noche, me metía en la cama con el rosario en la mano, dispuesta a rezar. Cada mañana, me despertaba con marcas de cuentas en la cara, sin saber cómo ni cuándo me había dormido.
Un espacio especial
En mi habitación había sitios para todo: desde un espacio para el maquillaje hasta un rincón para los calcetines. Pero no reservaba un lugar para rezar. Así que, después de muchas cuaresmas fallidas, supe que necesitaba mi propio lugar para rezar. Con un presupuesto modesto y un pequeño espacio en mi habitación hice lo que pude y monté un rincón de oración.
A pesar de tener una capilla de Adoración Perpetua en el campus de mi universidad, la mayoría de los estudiantes católicos tienen sus propias devociones en sus dormitorios.
Antes de crear un espacio de oración en mi habitación, sentía que solo podía rezar ante Jesús expuesto en Adoración. Pero cuando me preparaba para mudarme al otro lado del país, donde no tendría acceso diario a la Adoración, expresé estas preocupaciones a mi director espiritual. «La capilla de la Adoración es tu lugar privilegiado», me explicó. «Jesús está presente allí, pero también está presente dentro de ti. No necesitas un lugar privilegiado para rezar, pero puedes crear uno allá donde vayas».
Todos somos sagrarios
Creé el lugar de oración para que fuera mi lugar privilegiado en casa. Al igual que la capilla de la Adoración, mi rincón solo sirve para una cosa: rezar. Puedo sentarme en la alfombra, encender las velas y simplemente rezar.
Mi rincón de oración es un refugio sagrado lejos del ajetreo de la vida. No importa dónde viva, la mesita viaja conmigo, al igual que todos sus accesorios: rosarios para toda la vida, estampas, agua bendita, reliquias, crucifijos e iconos. No está perfectamente organizada, pero eso es lo que la hace tan hermosa.
Todos somos sagrarios. El Espíritu Santo vive en nosotros, lo que nos permite rezar en presencia de Jesús siempre y en cualquier lugar. No importa cómo sea tu espacio de oración, incluso si está decorado con productos de la tienda de precio único, su poder reside en el hecho de que Jesús está allí.
Tu propio rincón de oración:
Si no sabes por dónde comenzar, te dejamos algunas ideas de cómo podrías montar tu rincón de oración en casa. Como verás, lo importante no es tener un espacio muy grande o utilizar gran variedad de elementos. Con lo que hay en casa basta para comenzar, desde hoy, a construir este pequeño espacio dedicado exclusivamente a tu relación personal con el Creador.