En el tercer día de su viaje a Lisboa, el Papa Francisco acudió al "Parque del Perdón" para confesar a tres jóvenes participantes en la Jornada del 4 de agosto de 2023. Este momento de confesión es una tradición de la JMJ, antes del Vía Crucis del viernes.
Tras celebrar una Misa matutina privada en la Nunciatura Apostólica -donde se aloja durante su visita-, el Pontífice, de 86 años, se reunió con una anciana de 106 años, Maria da Conceição Brito Mendonça, nacida el día de la primera aparición en Fátima, el 13 de mayo de 1917. El Papa tiene previsto visitar este santuario mariano el 5 de agosto.
El Obispo de Roma recibió también en la Nunciatura a la joven Edna Pina Lopes Rodrigues, que le había escrito el pasado mes de junio lamentando no poder participar en la JMJ debido a su grave enfermedad. Conmovido por su carta, el Papa le envió un videomensaje el pasado mes de junio. "El médico me dijo que no sabía cuándo me encontraría con Jesús, pero que sería pronto", escribió Edna.
Tras estos encuentros privados, el Pontífice, de 86 años, regresó a la "Praça do Império", un jardín de más de 3.000 metros cuadrados contiguo al monasterio de los Jerónimos. En este espacio, construido en 1940 con motivo de la Exposición Universal de Portugal, que celebraba el 800 aniversario de la fundación del país, se instalaron 150 confesionarios de madera construidos por jóvenes reclusos de la prisión de Paços de Ferreira.
Ocupando su lugar en uno de los confesionarios, el Papa Francisco confesó a tres jóvenes, un español, un guatemalteco y un italiano, que habían esperado su llegada en un banco. A continuación tenía previsto dirigirse al centro parroquial da Serafina, a 8 kilómetros de distancia, para un encuentro con representantes de organizaciones caritativas.