Desde antes de que nuestro Señor Jesucristo comenzara su vida pública, la mujer tuvo un papel importantísimo en la historia de la salvación, basta con leer las historias de Ruth, Esther y Judit en el Antiguo Testamento de la Biblia, o, en el Evangelio de Lucas, el episodio de la visita del arcángel Gabriel a la joven María de Nazaret para pedir su consentimiento para ser la madre del Hijo de Dios. Sin Ella, la historia del cristianismo no hubiera sido posible.
También es verdad que a lo largo de los siglos, las mujeres han tenido que enfrentarse con desigualdades, y que se ha luchado desde distintos ámbitos para recibir el mismo reconocimiento que los hombres, no sin llegar a posturas extremas como la del feminismo radical, pero indudablemente, no se puede entender a la humanidad sin la presencia femenina.
Lo que dice el Papa Francisco
Respecto a este tema, el Papa Francisco ha mencionado constantemente que la mujer tiene un papel importantísimo. En entrevistas concedidas a diversos medios ha mencionado que la Iglesia es mujer, porque es madre, maestra y esposa de Jesucristo. Además, ha buscado que las mujeres sean plenamente partícipes de las tareas administrativas en el Vaticano porque, como una vez afirmó ante un grupo de periodistas durante un viaje apostólico, una Iglesia sin mujeres es como el grupo de Apóstoles sin María.
Las catequistas hacen una espléndida labor
Este pensamiento ha hecho eco en los Obispos de todo el mundo. Quien también lo ha expresado es el Cardenal Carlos Aguiar Retes, que comentó a través de las redes sociales de la Arquidiócesis primada de México que la mujer tiene un papel fundamental, «nada más es cuestión de mirar a las catequistas; y digo “las catequistas” porque el número de “los catequistas” no llega ni al 10% del país. De manera que el 90% está sostenido por mujeres que nos ayudan a sembrar, en la niñez, la fe. Es espléndida esta labor» declaró.
El Cardenal concluyó diciendo que en las visitas pastorales que ha realizado en las parroquias de la ciudad ha descubierto «el gran tesoro que tenemos en la mujer católica mexicana».
Hay que destacar que este reconocimiento ha abierto a las mujeres la posibilidad de adentrarse en el ámbito eclesial, ocupando sitios tradicionalmente reservados a los hombres, y que no rompe ninguna regla o canon establecido por la Iglesia, tales como los dicasterios de la Santa Sede y las Curias Episcopales en las Diócesis de todo el mundo, donde hay mujeres desempeñando el cargo de secretaria canciller o de presidente de alguna Comisión Diocesana de Pastoral.