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¿Qué características debe tener un buen padrino o madrina?

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Mia Schroeder - publicado el 28/08/23
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Generalmente, la búsqueda del padrino o madrina, se convierte más en una conveniencia para los papás que en una ayuda espiritual para los hijos que serán apradrinados

Buscar un padrino para los sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y Eucaristía) en la vida espiritual de los hijos es una tarea fácil para muchos padres, debido a que se piensa únicamente en la conveniencia de lo que el padrino o madrina puede dar de manera social o económica.

"Compadres" es la forma en que se llama a los padrinos de los hijos, y cuando los eligen, algunas veces surge la duda: ¿habrán escogido padrinos o compadres? A veces la afinidad, el cariño y el querer establecer lazos más permanentes con alguien hace que los padres den a sus hijos de ahijados a personas con las que tienen relaciones muy estrechas. De hecho, los padrinos se sienten honrados cuando se les pide que lo sean porque es una muestra de afecto y confianza muy profunda.

Existen otros casos en donde los papás se preocupan, primordialmente, por la vida espiritual del hijo y entienden mejor el papel que desempeña un padrino, ya que estos serán, a partir del sacramento, una pieza fundamental en el crecimiento de la fe del ahijado y velaran por él como padres espirituales.

"Padres espirituales"

Hay una frase que se utiliza mucho al respecto: «A falta de padres, padrinos»; esto hace referencia a que, si en algún momento faltan los papás, los padrinos deben hacerse cargo de esos niños, primordialmente en la vida espiritual; o si los papás no inculcan en el niño una vida espiritual sana, los padrinos tienen el derecho de aconsejar y guiar a sus ahijados.

Con respecto a este tema, Aleteia consultó con el Padre Ricardo Ángel Flores y esto fue lo que nos compartió.

En el Código de Derecho Canónico (CIC) es el corpus legislativo en el cual se establecen las normas generales de la Iglesia. En el libro IV nos habla de la función de santificar la Iglesia, que considera como ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo, en la cual se significa la santificación de los hombres por signos sensibles (cfr. c.834).

Los sacramentos ocupan la primera parte de este IV libro. En el capítulo IV de la sección del sacramento del Bautismo, nos habla de los criterios que deben de cumplir quienes se les ha encomendado la misión de ser padrino o madrina (c. 872-874), criterios que no solo aplican para este sacramento, sino para otros como lo es de la Confirmación.

«Primeramente, la función del padrino es asistir en su iniciación cristiana a la persona que se bautiza, que junto con los padres procurarán que la persona que va a recibir el sacramento lleve que una vida congruente y cumpla las obligaciones inherentes del sacramento recibido (cfr. c. 872)».

El canon 874 nos dice que para que una persona sea admitida como padrino o madrina es necesario:

1Hacer un buen escrutinio

Si es un adulto, podrá hacerlo él mismo; sin embargo, en el caso de los niños, el padrino debe de ser elegido por los papás, o por quienes ocupen su lugar; faltando éstos, puede ser elegido por el párroco o un ministro, y sobre todo, es necesario que tenga la capacidad e intención de desempeñar esta misión.

2Ser buen ejemplo

El candidato o candidata para asumir la misión de ser padrino o madrina debe de ser católico, haber recibido los sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, confirmación y eucaristía) y llevar una vida congruente con su fe y con la misión que va a asumir; es decir, llevar una vida sacramental activa. Además, es necesario que no tenga impedimento para confesarse y acercarse a la comunión, por lo que no debe de estar afectado por una pena canónica.

3Debe tener más de 16 años

El mismo c. 874 nos dice que debe ser mayor de 16 años, a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que por alguna razón justa, el párroco o ministro considere una admisible excepción.

Algo que debes saber

Un dato muy importante es que el padre o la madre de quien se ha de bautizar no puede ser su padrino o madrina.

Recuerda que el bautismo abre las puertas del cielo al bautizado, y se vuelve parte de la Iglesia, se convierte en un hijo de Dios y con vocación de Vida Eterna.

Quien acepta ser madrina o padrino lo hace de forma indefinida como una muestra de amor hacia su ahijado, pero también como un servicio a Dios. Su labor será la de acompañar a este nuevo cristiano en su desarrollo y madurez.

Quien acepta este reto y esta responsabilidad lo hace para siempre, pues la calidad de hijo de Dios es eterna. Por lo tanto tu tarea de amor, compañía, cuidado y orientación no termina cuando tu ahijado se hace adulto; sino que continúa por toda la vida.

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