Esta actividad es una de las más bonitas en las que he podido participar, pues se trata de asumir el compromiso, como parroquia, de rezar por la santidad y la misión del sacerdote que la dirige. ¡Y sabemos cuánta necesidad hay de rezar por ellos, pues son quienes sostienen (por la gracia de Dios) a toda una comunidad unida a Cristo!
Hace poco más de un año, una monja polaca nos alentó en mi parroquia a iniciar un movimiento que se estaba haciendo en su país (Polonia) para rezar por los sacerdotes; se le llamaba Margaretka (margarita en español) y trata de reunir a un grupo de siete personas que asumen el compromiso de rezar un día de la semana por el sacerdote de su parroquia, de manera perpetua.
Lo más común es que las siete personas asuman el compromiso por un año y luego continúa otro grupo. De este modo, se alienta a que el compromiso lo asuma toda la comunidad.
Tras un año de oración, hemos visto frutos en nuestro párroco, que vive con mayor entrega su sacerdocio; pero también en nosotras, que entendemos más que nunca la importancia de rezar por nuestros sacerdotes, de apoyarlos e incluirnos en el fortalecimiento de nuestra Iglesia católica y sus medios para guiarnos en el camino de la fe.
Hemos comprendido, también, la tristeza de aquellos sacerdotes que se sienten abandonados por sus comunidades y hemos sido impulsadas, de forma espontánea, a salir y formar otras margaritas por sacerdotes de otras parroquias.
¿Cómo sumarse?
Para hacerlo en cualquier parroquia, se confecciona una margarita con siete pétalos. En cada pétalo debe ponerse el día de la semana y el nombre de la persona que pedirá ese día por el sacerdote; en el centro de la flor (parte amarilla) se pone el nombre del sacerdote por el cual se ofrecerá la oración.
Al iniciar la actividad, el mismo sacerdote ofrece una misa para bendecir y dar inicio al movimiento y se le ofrece la margarita (que puede ser digital) para que sepa quién estará rezando por él cada día.
Se sugiere rezar un rosario, pero esto puede elegirlo cada persona, pueden ser igualmente un misterio o un padrenuestro, un avemaría y un gloria, o cualquier oración que desee la persona asignada para cumplir con el día que le corresponde. Como verás, lo importante es mantener la oración continua.
Después de esto, se realiza una oración por el sacerdote (disponible en este mismo artículo) y se lo encomienda a su santo patrono; por ello, esta parte dependerá de cada sacerdote.
Para hacerlo más fácil, nosotras creamos un grupo de WhatsApp y una vez a la semana se envía la margarita con nuestros nombres para recordar hacer la oración, en caso de que alguien lo hubiera olvidado, haciendo la advertencia de evitar enviar cualquier otra cosa que no corresponda con el fin del movimiento.
Así pues, ¡aquí tienes todo lo necesario para iniciar tu propia margarita! Anímate a abrir nuevos e iluminados caminos de santidad para tu sacerdote y para tu comunidad.
Oración por el sacerdote:
Oh, Jesús, Divino Pastor, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de las almas humanas, Tú que atrajiste al Padre ______, hazlo tu celoso seguidor y servidor.
Hazle compartir contigo el deseo de la salvación universal, por la cual haces presente tu Sacrificio en todos los altares.
Tú, Señor, que vives eternamente para interceder por tu pueblo, ábrele nuevos horizontes, para que vea un mundo sediento de la luz de la verdad y del amor, para que él sea la sal de la tierra y la luz del mundo.
Fortalécelo con tu fuerza y bendícelo. San (Elegido por el sacerdote), lo encomiendo hoy a vuestra especial protección. Te pido que intercedas por él ante Dios y lo ayudes en todas sus necesidades, para que permanezca fiel a Dios y trabaje fructíferamente para su mayor gloria.
María, guárdalo de todo mal.
Amén.