Los conventos de clausura son comunidades religiosas que viven en aislamiento del mundo exterior, siguiendo una regla de vida que les impone silencio, pobreza y obediencia. Estos conventos se sustentan gracias a la venta de los productos que elaboran con sus propias manos, entre los que destacan los dulces navideños.
Los dulces de los conventos de clausura son famosos por su calidad, sabor y variedad. Cada convento tiene sus propias recetas, que se han transmitido de generación en generación, y que utilizan ingredientes naturales y de primera calidad. Algunos de los dulces más conocidos son las yemas de Santa Teresa, los huesos de santo, almendras garrapiñadas, pastas de té, mantecados, magdalenas, alfajores, rosquillas, bizcochos, empanadillas o trufas.
Una tradición en peligro
Estos dulces no solo son un deleite para el paladar, sino también una forma de apoyar la vida contemplativa y el patrimonio cultural de los conventos de clausura. Sin embargo, esta tradición está en peligro, ya que muchos conventos tienen dificultades para mantenerse y para comercializar sus productos. La falta de vocaciones, el envejecimiento de las comunidades, el deterioro de los edificios, la competencia de la industria alimentaria o la crisis económica son algunos de los factores que amenazan la supervivencia de los conventos de clausura.
Para ayudar a los conventos, existe la Fundación DeClausura, una entidad sin ánimo de lucro que tiene como misión dar a conocer la razón de ser, la belleza y la importancia de la vida contemplativa y contribuir a su sostenimiento. La Fundación DeClausura ofrece varios servicios a los conventos de clausura, como la venta online de sus productos, asesoría, acompañamiento, formación, canalización de donaciones y una red de oración.
La Fundación DeClausura cuenta con una tienda online donde se pueden comprar los dulces navideños de los conventos de clausura, así como otros productos como mermeladas, mieles, quesos, aceites, vinos, cervezas, licores, cosmética o artesanía religiosa. Esta tienda ofrece una amplia variedad de productos de más de 300 conventos y monasterios de toda España, con la garantía de calidad y autenticidad que ofrece la Fundación.
Comprar los dulces navideños de los conventos de clausura es una forma de disfrutar de productos de calidad, de apoyar una causa solidaria y de contribuir a la conservación de una tradición centenaria. Los dulces de los conventos de clausura son, más que un alimento, una expresión de fe, amor y gratitud. Como dice el lema de la Fundación DeClausura: "Un dulce, una oración".