"Adorar no es perder el tiempo, sino darle sentido al tiempo", subrayó el Papa Francisco en el Ángelus del 6 de enero de 2024. La adoración, explicó, permite "redescubrir el curso de la vida en la sencillez de un silencio que alimenta el corazón".
Como había hecho unas horas antes, durante su homilía en la Misa de la Epifanía, el Pontífice utilizó el ejemplo de la adoración de los Reyes Magos para pedir que se dedique más tiempo a la oración de adoración, dirigiéndose a los numerosos fieles que se habían acercado a escucharle en las ventanas de la Plaza de San Pedro. "Es una experiencia decisiva para ellos e importante para nosotros: en el Niño Jesús, vemos a Dios hecho hombre", insistió.
En su breve meditación, el Papa también instó a los cristianos a "ver los problemas del mundo a través de los ojos de los niños". Animó a las familias a adorar al Niño Jesús en la cuna, fuente de "formas nuevas y creativas de mirar los problemas del mundo".
Durante las llamadas, el Papa recordó que en la fiesta de la Epifanía, la Iglesia celebra la Jornada de la Infancia Misionera. El Papa saludó calurosamente a los niños y jóvenes misioneros de todo el mundo y les agradeció "su compromiso en la oración y en el apoyo concreto al anuncio del Evangelio y, en particular, a la promoción de la infancia en tierras de misión".