Entre febrero y diciembre de 2024, la Santa Sede restaurará el baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro, según anunciaron varias autoridades en una rueda de prensa celebrada en Roma el 11 de enero de 2024. Las obras, que costarán 700 mil euros, han sido autorizadas por el Papa Francisco y serán financiadas íntegramente por los Caballeros de Colón.
Elevándose por encima del altar central de la basílica de San Pedro, el baldaquino pretende resaltar "la presencia de Pedro en la Confesión Vaticana", el espacio sagrado donde se encuentra la tumba del apóstol y primer Papa, bajo el altar, explicó el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro y presidente de la Fábrica de San Pedro, organismo responsable del mantenimiento y restauración del edificio. "Tan alto como un edificio de diez pisos", el baldaquino de Bernini es "la bisagra en torno a la cual gira toda la arquitectura de la basílica", añadió.
El baldaquino fue encargado en 1624 por el Papa Urbano VIII a su arquitecto personal, Gian Lorenzo Bernini, conocido como Le Bernin, con la ayuda del arquitecto de la basílica, Francesco Borromini, que se aseguró de que las proporciones de la obra fueran las adecuadas para el edificio. Aunque la cooperación entre ambos hombres no estuvo exenta de tensiones, consiguieron, con la ayuda de numerosos fundidores, escultores, carpinteros y obreros de talento, finalizar el proyecto en 1634, tras diez años de trabajo.
Con casi 30 metros de altura y más de 60 toneladas de peso, el baldaquino está formado por bases de mármol de unos 2,5 metros de altura y columnas de bronce retorcido, algunas de ellas doradas, de unos 11 metros de largo, que sostienen cornisas y cortinajes decorados en los cuatro lados. El techo de la estructura es de madera, decorado con elementos de bronce dorado, incluidos ángeles de casi 4 metros de altura.
Última restauración hace 266 años
"Teníamos que hacer algo", explica el ingeniero Alberto Capitanucci, responsable técnico de la Fabrique de Saint-Pierre, que recuerda que las últimas obras de restauración se realizaron en 1758. Una minuciosa inspección del edificio, realizada con la ayuda de los bomberos de la Santa Sede y por Microsoft -gracias, en particular, al uso de drones-, permitió modelar el edificio y estimar el alcance de los daños, la mayoría de los cuales se localizan en la parte superior de la obra monumental.
Si bien no había un "deterioro importante del metal", pesadas "pátinas oscuras" compuestas de "sustancias grasas" y "partículas atmosféricas" -polvo- habían incrustado ciertas superficies, tanto de bronce como de mármol. Además, algunas incrustaciones y estructuras de madera están "en proceso de desprendimiento". La afluencia masiva de turistas y peregrinos, a veces hasta 40 mil en un solo día, repercutiría en el estado de toda la basílica, explicó .
Las obras comenzarán el 12 de febrero y está previsto que finalicen a principios de diciembre, "justo antes de la apertura de la Puerta Santa". Las obras no deberían impedir las diversas ceremonias que se celebran habitualmente en el Altar de la Confesión, en particular las de Semana Santa y Pascua, anunció el cardenal Gambetti.
Las obras consistirán en la instalación de una especie de "muñeca rusa" de andamiaje que englobará el baldaquino permitiendo al mismo tiempo el acceso al altar mayor de la basílica, explicó Pietro Zander, responsable de la necrópolis y de los bienes artísticos de la Fábrica de San Pedro.
Los trabajos están destinados a garantizar que el baldaquino sea "devuelto a los fieles en su integridad restaurada y en su esplendor original al comienzo del próximo Año Santo" que el Papa Francisco lanzará en diciembre de 2024, aseguró Pietro Zander. Requerirán el trabajo de un equipo de entre diez y doce personas.
Financiación del proyecto
La financiación corre íntegramente a cargo de los Caballeros de Colón. Esta asociación fue fundada en 1882 en Connecticut (EE.UU.) por el Beato Padre Michael McGivney y hoy cuenta con 2 millones de miembros.
Establecidos en 13 países, los Caballeros de Colón son los principales mecenas de las artes en el mundo católico. Según su máximo responsable, el Caballero Supremo Patrick Kelly, la organización generó 185 millones de dólares (169 millones de euros) y dedicó 49 millones de horas de trabajo voluntario a obras de caridad o devoción en 2023.
No es la primera vez que los Caballeros de Colón financian este tipo de proyectos en el Vaticano. En el pasado, han restaurado 16 estructuras u obras de arte, incluido el famoso crucifijo de madera de la Basílica de San Pedro.