A principios de la década de 1970, el cardenal Albino Luciani (futuro Papa Juan Pablo I) escribió una serie de cartas a personajes históricos del pasado, incluidos muchos santos.
Una de sus cartas estaba dirigida a san Francisco de Sales y hablaba sobre la escucha. En ella, el cardenal Luciani elogia al santo por su costumbre de escuchar a la gente y de no terminar nunca una conversación, por aburrida que fuera.
La carta, aunque breve, destaca muchas de las virtudes de san Francisco de Sales y demuestra por qué es un santo que el beato Juan Pablo I quería imitar.