Los asesores matrimoniales son unánimes: la comunicación es un pilar de la relación de pareja. Pero, ¿qué entendemos exactamente por comunicación? Porque no hablamos de intercambios sobre qué hay para cenar o cómo se va a organizar el fin de semana. Se trata más bien de la expresión sincera, verdadera y recíproca de tus emociones, deseos y necesidades, y de la acogida atenta y benévola.
Un diálogo en profundidad que ayuda a evitar muchos malentendidos conyugales y las consiguientes discusiones y frustraciones. "El primer proceso que debe construirse en la pareja es el de la comprensión mutua de las emociones", subraya Marc d'Anselme, psicólogo y terapeuta de pareja, autor del reciente libro El amor duradero (L'amour durable, editorial Artège).
Comprender las emociones de su pareja requiere empatía. Pero dadas las diferentes historias y personalidades de cada persona, esto no es nada fácil. El terapeuta da un buen ejemplo de un malentendido causado por la incapacidad del hombre para comprender las emociones de su mujer durante unas vacaciones bastante tormentosas.
Éste es sólo un ejemplo, y "cualquier parecido con hechos o personajes que existen o han existido es pura coincidencia". La mujer le dice a su marido que está agotada, que necesita descansar y que es él quien debe hacerse cargo, sobre todo de los niños. En general, las mujeres son más comunicativas que los hombres con sus emociones. El marido reflexiona y busca una solución. Finalmente, propone a su mujer que se vaya cuatro días, sola, a descansar a casa de su madre… La mujer le mira consternada. Su propuesta, por generosa y eficaz que fuera, había caído en saco roto.
Cuestión de empatía
Por sorprendente que pueda parecer a los hombres, cuando una esposa expresa su agotamiento, no espera que su marido encuentre una solución a su problema; simplemente espera que él la comprenda, que escuche sus dificultades, que simpatice y se sienta agradecido por los servicios prestados, los mismos servicios que la han agotado.
No quiere ir a casa de su madre, sino pasar las vacaciones con su marido y sus hijos. Pasar tiempo de calidad con las personas que quiere es su deseo más profundo. "La mujer habla con su marido para experimentar emociones y activar la relación. El hombre, en cambio, busca un problema que resolver, de ahí los malentendidos", analiza Marc d'Anselme.
Una esposa espera empatía de su marido, y viceversa. La empatía no requiere largas reflexiones ni grandes decisiones, solo la expresión de una comprensión emocional. "La empatía no es la solución a un problema, no implica interpretación, ni explicación, ni solución, ni sentimentalismo, ¡solo comprensión significada! Es importante expresar esta comprensión con palabras o gestos, de lo contrario sigue siendo tristemente inútil.
La sintonía, el Santo Grial de la relación conyugal
La empatía nos ayuda a comprender las emociones del otro y, si es recíproca, permite a la pareja estar en sintonía. En física, los circuitos eléctricos están en sintonía cuando oscilan en la misma frecuencia, cuando están sintonizados en la misma longitud de onda.
En psicología matrimonial, cuando los cónyuges se entienden, también se habla de sintonía. La pareja vive entonces momentos de "unión perfecta". Aunque la sintonía no es un estado duradero -y es una suerte, porque es bueno que cada uno experimente primero sus propias emociones-, tiene muchos beneficios.
La empatía permite que una persona se sienta apoyada en lo que está viviendo, y esto tiene el efecto fascinante, casi mágico, de liberarla de sus emociones negativas, vinculadas a la carga que ha estado llevando sola hasta entonces. Muy a menudo, esto conduce a un cambio positivo de actitud por parte de la pareja, que se siente escuchada y comprendida. Además, ante las dificultades y pruebas de la vida, la sintonía es un apoyo importante para la pareja. "Un acontecimiento vivido por cada uno en comunión con el otro se supera mucho más fácilmente", explica Marc d'Anselme.
Fomentar el intercambio emocional
"Las dificultades conyugales se derivan principalmente del hecho de que, en lugar de comprender las emociones de nuestra pareja, interpretamos su comportamiento en términos de nuestras propias emociones", dice el terapeuta. De ahí la frase que se oye a menudo en las disputas conyugales: "¡Tú no entiendes nada!"
La empatía significa salir de una postura individualista e interesarse por el otro, abrirse a sus emociones. Y la otra persona tiene que poner un poco de sí misma para intentar expresar sus sentimientos.
"Compartir emociones es el mejor remedio contra el individualismo conyugal. Una herramienta excelente para promover la armonía".
¿Qué significa esto en la práctica? Es una buena idea que cada miembro de la pareja exprese por turnos las emociones con las que el otro puede empatizar. "Para ir más allá de los hechos y acceder a las emociones, la pareja se ayuda mutuamente poniendo nombre a las emociones".
Por ejemplo: "Si yo fuera tú, eso me habría enfadado" o "¿Te ha sorprendido?" Esto permite a la persona que experimenta la emoción aclararla y afinarla, y confiársela a la otra persona. ¿Con qué objetivo? Amar mejor. Marc d'Anselme nos recuerda que amar "es abrir el corazón a nuestra pareja, dejar que viva un poco en nosotros", y vivir un poco en ella.