La Pasión de Cristo, incluidos su sufrimiento, crucifixión y muerte, es un principio central de la teología y la soteriología cristianas, y el tema principal de la mayoría de las representaciones iconográficas de Cristo. A lo largo de toda la historia del cristianismo, los artistas recurrieron a un rico vocabulario simbólico para representar visualmente los acontecimientos y el significado teológico de la Pasión, pero especialmente durante la Edad Media, cuando la filosofía y la teología cristianas desarrollaron paradigmas estéticos que darían forma a la cultura visual de Europa, el Mediterráneo y más allá.
Aunque símbolos como la cruz, el Nazareno y el Cristo difunto gozan de cierto reconocimiento, otros motivos menos conocidos ofrecen perspectivas únicas sobre el sacrificio de Cristo. He aquí tres de ellos.
1El lagar místico:
La imagen del lagar místico presenta una analogía conmovedora y polifacética. En este diseño, se representa a Cristo como si estuviera en un lagar, de pie sobre las uvas. Al girar el lagar, carga con el peso del tronco principal, estableciendo un paralelismo entre el vino que fluye del lagar y la sangre que sale de su cuerpo; es decir, se trata de una imagen claramente eucarística. Esta imagen subraya la conexión entre la Pasión de Cristo y la Misa. Además, el lagar evoca referencias del Antiguo Testamento, en particular Isaías 63, 2, donde Dios pisa las uvas de su ira, en señal de juicio contra sus enemigos. Al encarnar simbólicamente las uvas, Cristo mismo se convierte en el sacrificio que transforma la ira de Dios en el vino redentor de la salvación.
2Arma Christi:
El Arma Christi, que en latín significa "las armas de Cristo", se refiere a los instrumentos asociados con la Pasión. Estos objetos, como los clavos, la lanza, el martillo y la esponja, se convirtieron en símbolos poderosos por derecho propio, aunque se representaran por separado. A menudo representados sin Cristo, estos objetos servían de recordatorio descarnado de la Pasión, invitando a la contemplación y la devoción. La disposición de estos objetos puede ser algo libre, ya que no está vinculada a un marco iconográfico concreto. Por ejemplo, los clavos pueden colocarse en forma de cruz, como reforzando su relación con el símbolo central de la Pasión.
3Cristo como pelícano:
En los bestiarios medievales, el pelícano solía estar impregnado de simbolismo cristológico. Según las antiguas leyendas griegas, una madre pelícano perforaba su propio pecho para alimentar a sus crías con su sangre. Este acto de sacrificio se consideraba un paralelismo con el derramamiento de la sangre de Cristo por la salvación de la humanidad. Aunque menos frecuente que otros motivos de la Pasión, la imagen de Cristo como pelícano ofrece una tierna representación de su amor abnegado, que subraya la profundidad de su compasión y la íntima conexión que establece con sus seguidores.
Estos tres motivos, aunque quizás menos familiares hoy en día, desempeñaron un papel importante en la cultura visual cristiana medieval, tanto temprana como tardía. No solo sirvieron como representaciones artísticas de la Pasión, sino también como poderosas herramientas para la meditación, la oración y la reflexión teológica y moral.
Al redescubrir y comprender estos símbolos menos conocidos, podemos profundizar en nuestra apreciación de las muchas maneras en que los cristianos trataron una vez de comprender y expresar el profundo misterio del sacrificio redentor de Cristo.