Uno de los aspectos únicos del cristianismo es que a Dios se le llama "Padre". Muchas otras religiones ven a Dios como un "señor", o como un ser lejano al que ni siquiera se nombra.
Sin embargo, los cristianos llamamos a Dios "Padre", y creemos que no es algo que los humanos hayan inventado o creado.
El Catecismo de la Iglesia Católica lo deja claro en su sección sobre el Padre Nuestro:
"Podemos invocar a Dios como 'Padre' porque se nos revela por su Hijo hecho hombre y porque su Espíritu nos lo da a conocer. La relación personal del Hijo con el Padre es algo que el hombre no puede concebir, ni las potencias angélicas ver siquiera vagamente: y, sin embargo, el Espíritu del Hijo concede una participación en esa misma relación a quienes creemos que Jesús es el Cristo y que hemos nacido de Dios".
La Encarnación
Jesús es quien nos enseñó a rezar "Padre nuestro", invitándonos a una relación filial con Dios:
"Jesús reveló que Dios es Padre en un sentido inaudito: es Padre no solo por ser Creador; es eternamente Padre en relación con su Hijo único, que solo es eternamente Hijo en relación con su Padre: 'Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo'" (Mt 11,27).
Santo Tomás de Aquino también escribe sobre esta realidad en su Summa Theologiae:
"El nombre propio de cualquier persona significa aquello por lo que la persona se distingue de todas las demás personas. Pues, como el cuerpo y el alma pertenecen a la naturaleza del hombre, así también al concepto de este hombre particular pertenecen esta alma particular y este cuerpo particular; y por ellos se distingue este hombre particular de todos los demás hombres. Ahora bien, es la paternidad lo que distingue a la persona del Padre de todas las demás personas. De ahí que este nombre 'Padre', con el que se significa la paternidad, sea el nombre propio de la persona del Padre".
Dios Padre no es hombre ni mujer
Una cosa importante a tener en cuenta es que Dios Padre no es hombre ni mujer. Es espíritu puro y trasciende la distinción humana.
El Catecismo señala también este importante punto:
"Por tanto, debemos recordar que Dios trasciende la distinción humana entre los sexos. No es ni hombre ni mujer: es Dios. Él trasciende también la paternidad y maternidad humanas, aunque es su origen y norma: nadie es padre como Dios es Padre".
Por otra parte, Dios Hijo se hizo hombre y Jesús tiene cuerpo masculino.
La cuestión principal es que llamar a Dios "Padre" no es algo que hayamos creado nosotros, sino que nos ha sido revelado.