La actitud amistosa que tuvo Charles de Foucauld en los últimos doce años de su vida -cuando vivió su auténtico Nazaret en medio de los tuareg- es un camino para la evangelización muy inspirador.
Afianzar lazos amistoso
El día de Navidad le escribió a su prima María de Bondy:
"He establecido no solamente conocimiento, sino también amistad con las poblaciones nómadas que he encontrado. Desde mi vuelta aquí, mi vida transcurre rezando al buen Dios y recibiendo uno tras otro a todos mis vecinos. Hacía falta que viese a todos mis pobres vecinos, que comienzan a ser viejos amigos, pues llevo aquí ya siete años en Tamanrasset".
Los lazos amistosos que se forjaron entre el santo y sus vecinos le ayudaron a difundir el Evangelio.
Conozcamos más de esta bella actitud de san Charles de Foucauld en el video que Aleteia trae para ti.