Un problema común al que se enfrentan muchos padres al momento de la crianza en los hijos, es el de ser el padre perfecto aprobado por Instagram. Bueno, antes de continuar, es importante recordar que no existe el padre perfecto. Y en lugar de esforzarse por alcanzar la perfección, es más importante intentar ser el mejor padre posible, ¡sin perder la cordura!
Con esto en mente, debemos considerar nuestras limitaciones, especialmente si tienes varios hijos que te hacen exigencias, razonables o no, al mismo tiempo.
De hecho, hay ocasiones en las que, mientras criamos a los hijos, pensamos que si alguno de ellos nos pide algo más, vamos a explotar. También hay momentos en los que se siente que les fallamos como madre: aquellas ocasiones en las que no habían comido de manera sensata porque no había suficiente tiempo, o habían visto demasiada televisión porque había un proyecto que terminar y no pudimos pasar más tiempo con ellos.
El consejo de las abuelas
Sin embargo los abuelos tienen siempre los mejores consejos, pues ya han pasado por esta etapa y aquel consejo es: "Elige tus batallas".
Es totalmente imposible hacer todo a la perfección. Hay momentos en los que puedes dar el 100 por ciento a tus hijos y eso es genial, aprovéchalos al máximo. Sin embargo, también hay momentos en los que tienes que dejar de lado ser un gran padre o madre para cumplir con algo más urgente en ese momento.
Después de todo, si te despiden por no hacer bien tu trabajo, tendrás una batalla aún más grande al intentar poner comida en la mesa para tus hijos.
Un mantra al que recurrir
Es una especie de mantra al que se puede recurrir a la hora de criar a los hijos cuando te sientas atraída por todos lados. Elige tus batallas, establece prioridades y no te castigues por las cosas que haz tenido que dejar pasar.
Además, recuerda que a veces puede que no seas capaz de afrontar una situación en el aquí y ahora, pero quizá puedas volver a ella cuando te sientas con más energía.
Un gran ejemplo de esto es cuando no tienes fuerzas para lidiar con adolescentes peleadores, pero al día siguiente, cuando te has calmado y has tenido tiempo para dormir, puedes abordar el problema con tus adolescentes desobedientes.
Y, por último, si sientes que estás fallando a tus hijos o que no eres el padre perfecto, mira a la Sagrada Familia. ¡No podemos imaginar la angustia que debieron sentir María y José cuando Jesús decidió ir al templo a los 12 años durante tres días sin decirle nada a sus padres!