El matrimonio entre Marysia y Damián tiene una increíble historia. Ella dirige una página de fans llamada "Mujer cristiana del barrio" y Damián, por su parte, dirige un salón de bodas. Ambos se conocieron a través de la fanpage de Marysia.
"Experimenté una gran conversión y en aquel momento estaba considerando mi vocación. Pensé en unirme a los franciscanos. Hice varias peregrinaciones solitarias en bicicleta por Polonia, buscando respuestas y aprendiendo a confiar en Dios. También empecé a buscar en Internet lugares para profundizar en mi fe.
Encontré "La mujer cristiana del barrio". Empecé a comentar los posts de Mary. Me cautivó su fe y cómo la relaciona con la vida cotidiana y su sonrisa. Con el tiempo, me atreví a escribirle un mensaje en Messenger. Quedamos unas cuantas veces, y luego nos vimos sobre todo en diversos eventos de fe".
Marysia supo de Damián por primera vez hace casi siete años. Cuando le propuso quedar; al principio no se entusiasmó, no le interesaban las citas. Sin embargo, cuenta que le convencieron dos argumentos: "Él dijo, desde el principio, que se iba a un monasterio, y me fascinaron sus historias sobre viajar por Polonia sin dinero".
"Para el primer encuentro, Damián vino elegantemente vestido. Me regaló una estatua de María y yo le regalé una estatua de san Francisco. Después de ese encuentro, nuestra relación fue a veces más intensa, a veces menos. Era él quien principalmente buscaba el contacto. Yo no pensaba en comprometerme con él".
Trabajo en la "Casa del Amor Hermoso"
Unos meses después, Marysia dejó todo y se fue a vivir a Varsovia para dirigir la casa de retiros "Casa del Amor Hermoso". No sabía cuánto tiempo estaría trabajando allí y tampoco tenía transporte, fue entonces cuando Damián ofreció su ayuda: organizó un coche y se fue con ella.
Damián cuenta que rezó una novena para discernir y bendecir su relación con Marysia. "Era consciente de lo que sentía por ella, pero también de las diferencias en nuestras historias. Marysia siempre había estado cerca de Dios; y a mí Dios me sacó de un pozo negro hace 10 años: depresión, intentos de suicidio, drogas, alcohol y toda la degradación. El Señor Dios, en una confesión, sacó de mí la vieja programación y puso la nueva, ¡pero cómo iba a pensar en una mujer tan impecable como Marysia!"
"En una adoración, cuando estábamos los dos en la casa de retiros, oí en mi cabeza: 'María será una buena esposa para ti, solo tienen que conocerse más en la vida cotidiana'. Me acordé de esto cuando me pidió que la ayudara con la mudanza. En 30 segundos lo tenía todo cubierto y me fui con ella a Stanislaw y, cuando vi las condiciones en las que iba a vivir allí, me quedé una semana más para hacerle unas pequeñas reformas. Pensé que este era el espacio donde podría encontrarme con ella en el día a día".
Después de aquella semana y cerró la temporada de bodas y decidió volver a Stanislaw y, si era necesario, quedarse allí con Marysia permanentemente. "Dejaría todo lo que tengo, mi familia, mi casa e iría allí por ella porque, sencillamente, la amo. La encomendé a Jesús, porque también quería servirle en todo esto".
Al principio no fue para nada tan colorido como lo había soñado; pero entregó cada actividad que hacía a Jesús, diciendo: "Señor Jesús, es por amor. Señor Jesús, es por amor que ofrezco este esfuerzo".
Seamos amigos
Mientras tanto, Marysia pasaba con un momento difícil: un entorno nuevo, el campo, ningún amigo… Cuando Damián fue por segunda vez para un largo voluntariado se sintió un poco feliz porque sabía que tendría su ayudaría, y pasaría tiempo con él.
"Tenía sentimientos encontrados al respecto. Sabía que sentía algo por mí, pero no quería afrontarlo. Decidí hacerlo por fin".
Invitó a Damián a mi casa y le dijo que quería que su relación siguiera siendo amistosa. Damián cuenta que "todo lo que podía pensar en ese momento era ir a la capilla, llorar y poner todo en las manos de Dios de nuevo".
Algo empezó a cambiar
Marysia cuenta: "Nuestra relación era amistosa. Nunca le había considerado candidato a marido, pero mi corazón empezó a cambiar. Durante tres semanas empecé a darme cuenta de que Damián me quería. Y no con un amor superficial, sino con un amor sincero y profundo, que me miraba con admiración y, lo que es más, yo misma empezaba a quererle. Fue la mayor conmoción de mi vida".
Un día, después de un retiro que organizaron, lo invitó tomar el té. Antes del encuentro, ambos rezaron en la capilla.
"Esta vez saqué una cita que me fortaleció: 'Pero recurre asiduamente a un hombre piadoso, de quien te consta que cumple los mandamientos, capaz de sentir lo que tú mismo sientes, y que sufrirá contigo si das un traspié' (Eclo 37,12). Decidí que quería conocerle de verdad. A partir de ese día, ya empezó a venir a tomar el té todos los días".
Damián recuerda que cuando se conocieron le dijo lo que sentía por ella, pero Marysia necesitaba pensarlo. "Me hizo muchas preguntas. Dios puso en mi boca las palabras adecuadas. Le dije lo importante y hermosa que era para mí, y cómo había llegado a este amor y que Dios mismo, a través de diversos signos, me había fortalecido en esta decisión".
"Quiero amarle"
Mientras él le hablaba de sus sentimientos, ella rezaba mentalmente: "Dios, me gustaría tanto amarlo. Es todo tan nuevo para mí, por favor ayúdame con esto".
Pasado un tiempo él le entregó el anillo de compromiso en la capilla de la "Casa del Amor Hermoso", en presencia de Jesús Sacramentado - el mejor Testigo.
"Desde el principio, nos centramos en rezar juntos, en la adoración, en pasar tiempo con Jesús. Abrimos nuestros corazones, lo que nos unió aún más". Ahora estamos felizmente casados.