Al día siguiente de su elección, el 14 de marzo de 2013, el Papa Francisco sorprendió a la opinión pública saliendo de madrugada del Vaticano para presentar sus respetos al icono Salus Populi Romani -Salvación del Pueblo Romano- en una capilla de la basílica de Santa María la Mayor. Esta salida inesperada -teñida de discreción- será la primera de una larga lista de visitas a esta Virgen tan querida por los romanos. La ciudad venera a esta Virgen, cuyos orígenes se remontan a san Lucas, como patrona, implorada en tiempos de calamidad.
El Papa Francisco tiene por costumbre visitar esta basílica papal, situada cerca de la estación de Termini, antes y después de cada uno de sus viajes -como gesto de agradecimiento- y confiar a la Virgen María los grandes acontecimientos de la Iglesia.
El 5 de agosto será nada menos que su 116ª visita a la ciudad. Participará en las fiestas anuales de la Basílica, asistiendo a la tradicional lluvia de pétalos de rosa. Miles de pétalos serán lanzados desde la cúpula sobre la multitud, para conmemorar el milagro del origen de la basílica, que cuenta que en el año 358, la Virgen María hizo caer nieve en pleno mes de agosto en la cima del Esquilino, para indicar al Papa Liberio el lugar donde deseaba que se construyera una iglesia en su honor.
¿Dónde pasará el Papa sus últimos días?
El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, Francisco honró a la Salus Populi Romani con una Rosa de Oro. Por eso, cuando unos días después supimos que el Pontífice argentino deseaba ser enterrado en esta basílica, si la ruptura con sus predecesores -que tienen su tumba en San Pedro- fue sorprendente, el lugar elegido pareció, en cambio, una nueva muestra de su profunda devoción. Desde entonces, el Papa Francisco ha hablado varias veces de esta tumba, cuyas obras ya han concluido.
En su reciente libro El Sucesor, cuenta: "Justo después de la escultura de la Reina de la Paz, hay un pequeño hueco, una puerta que conduce a una habitación donde se guardaban los candelabros. Lo vi y pensé: 'Este es el lugar'. Y ahí es donde se preparó el lugar del entierro. Me han dicho que está listo".
Además de la futura tumba del 266º Papa, Santa Maria Maggiore también podría convertirse en su lugar de retiro. En su biografía Vivir, mi historia a través de la historia (Harper Collins), publicada en marzo de 2023, confió que podría elegir vivir allí los últimos años de su vida, en caso de renuncia. Precisó que dedicaría su tiempo a un ministerio de "confesor" y a "llevar la comunión a los enfermos".
Algunas voces susurran en Roma que en los últimos meses se ha trabajado en la preparación de esta eventualidad. Algunos hablan de un flamante piso seguro en el espacio de los canónigos. Las especulaciones están a la orden del día, aunque la Oficina de Prensa de la Santa Sede al más alto nivel responda que se trata simplemente de renovar el alojamiento de la comunidad de sacerdotes que viven allí.