La época en que vivimos ha traído muchos cambios, y uno de ellos es que las parejas jóvenes ya no quieren casarse, y menos tener hijos. Sin embargo, si toman la decisión de contraer matrimonio, tener descendencia es un tema fundamental a tratar. Así las cosas, ¿qué enseña la Iglesia al respecto?
El Código de Derecho Canónico enfatiza que:
"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, que fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados".
Se entiende, pues, que quienes se casan se comprometen de por vida, y que por la naturaleza de su convivencia, tendrán hijos, que son un don de Dios, y que deberán educarlos cristianamente, procurando todo lo necesario para que crezcan y se conviertan en personas de bien.
No obstante, el Código se abstiene de mencionar el número de hijos que debe procrear el matrimonio, porque eso no le corresponde a la Iglesia ni a ningún órgano de gobierno o de la sociedad.
Aún cuando la familia estuviera en problemas y tuvieran necesidad de ayuda, nadie puede meterse en sus decisiones, como lo afirma en Catecismo de la Iglesia católica en el número 2209:
"En conformidad con el principio de subsidiariedad, las comunidades más numerosas deben abstenerse de privar a las familias de sus propios derechos y de inmiscuirse en sus vidas".
La pareja debe platicarlo
Sin embargo, la Iglesia pide a los contrayentes que estén abiertos a la fecundidad:
"La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos. En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la vida".
Lo que no significa, como antes se decía, "que tengan todos los hijos que Dios les mande", incluso el ritual del matrimonio advierte sobre esto a los novios:
¿Están dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?
En la actualidad, es importante que la pareja que pretende casarse platique todos los temas y asuntos que afectarán su vida conyugal, tanto materiales como espirituales, y por supuesto, entre ellos está el número de hijos que responsablemente pueden educar y mantener sin problemas.
Y buscar métodos naturales para espaciar los embarazos, que será otro tema fundamental a discutir entre ellos.
Nadie más tiene el derecho de decidirlo, por eso, hablen y pónganse de acuerdo.