Santa Mónica es un gran ejemplo de virtud especialmente para las mujeres y madres que buscan acercar a su familia a Cristo, así como también vencer los desafíos diarios de la vida.
Cabe señalar que a santa Mónica se le atribuye el gran testimonio de la conversión de su hijo, por medio de la oración y de la manera en la que venció sus propios vicios. Por ello te invitamos a conocer su vida y virtudes para que puedas imitarla y, así, ayudar en la vida espiritual de tus seres queridos.
En el el libro de Las Confesiones de san Agustín podemos encontrar ciertos diálogos y virtudes de esta madre orante por su hijo y por su esposo.
1Silencio prudente
En cuanto a su marido, santa Mónica aconsejó a otras mujeres que fueran "pacientes, silenciosas y orantes" ante la incredulidad, recordándoles gentilmente que "se necesita más fuerza para permanecer en silencio que para hablar". Su ejemplo inspiró al menos a una mujer a escribir que santa Mónica le enseñó a morderse la lengua.
Ella habló mucho con su hijo sobre Dios; la relación entre una madre y un hijo es diferente a la de los esposos o las personas que están saliendo. Por eso, como madre, naturalmente sintió que era su deber instruir a su hijo.
Durante los más de 30 años anteriores a su conversión, ella encontró muchas oportunidades de hablar con san Agustín acerca de Dios, nuevamente, con sabiduría prudente:
2Perseverancia en la oración
Cuando san Agustín estaba lejos de Dios, las incesantes oraciones de santa Mónica por él son materia de leyenda.
Él escribe en sus Confesiones que ella era "fuerte en el poder de la santidad espiritual y ardientemente orante" por la salvación de sus hijos, llorando por él "más de lo que lloran las madres cuando lamentan a sus hijos muertos".
Sus constantes oraciones por él llevaron a san Ambrosio a decirle proféticamente: "No puede ser que el hijo de esas lágrimas perezca".
3Amor incondicional
Ella lo amó fielmente a través de todo. Él escribió: "No puedo expresar suficientemente el amor que ella tenía por mí, ni cómo sufrió dolores de parto por mí en el espíritu con una angustia mucho más aguda que cuando me dio a luz en la carne".
Un escritor describió el efecto de su poderoso amor de esta manera:
La prudencia, que incluye saber cuándo hablar y cuándo callar, la oración incesante y el amor fiel, son las cosas más difíciles de practicar, ¿no es cierto? Pero si podemos profundizar y pedirle a Dios que nos ayude, marcarán una gran diferencia, tanto para nosotros como para nuestros seres queridos.