Su biografía incluye datos de juventud compartidos con una gran mayoría de los afroamericanos de la primera parte del siglo XX en Estados Unidos: creció en medio de la pobreza, en una plantación de tomates en las Bahamas, y su primer trabajo remunerado fue fregando platos en un restaurante de Nueva York.
Hasta ahí lo habían enviado sus padres con la intención de que se abriera paso en la vida y no fuera a caer en las garras de la delincuencia. No tenía ninguna instrucción académica. Un camarero de origen judio fue quien le enseñó a leer y a escribir cuando finaliza su adolescencia.
Poitier –quien pasó a la historia por su papel protagónico en la película de Stanley Kramer, ¿Adivina quién viene a cenar?—había servido, por un tiempo, en la armada de Gran Bretaña, pero el mundo de los militares distaba mucho de su sensibilidad: se hizo pasar por demente para que lo dieran de baja.
Carrera y destino
Tras la Segunda Guerra Mundial, Poitier se inscribió en clases de teatro y formó parte del grupo teatral del barrio neoyorquino de Harlem, el barrio afroamericano por excelencia. Con esta compañía debutó en Broadway en la comedia de teatro clásica Lisístrata, del dramaturgo griego Aristófanes.
No fue sino hasta la década de los sesenta del siglo pasado cuando saltó al estrellato, sobre todo cuando le fue concedido el Óscar. En su vida sentimental, bastante inestable, se casó dos veces y tuvo seis hijas en ambos matrimonios. El presidente Barack Obama lo condecoró en 2009 con la Medalla Civil de la Libertad.
Además de actor, fue director y un notable impulsor de causas a favor de los más necesitados, sobre todo en la tierra de sus padres. Entre 1997 y 2007 ejerció otro de sus papeles en la vida, el papel de diplomático. En ese periodo fungió como embajador de Bahamas en la Unesco y en Japón.
También la reina de Inglaterra, Isabel II, lo nombró miembro de la Órden del Imperio Británico –aunque nunca usó el título de Sir—y en 2001 le fue concedido el Óscar honorífico de manos de otro actor afroamericano, quizá su sucesor en la gran pantalla, Denzel Washington (quien esa misma ceremonia ganó un Óscar).
Activista en favor de los derechos civiles
La fama de Poitier, además de por su trabajo como actor, le llegó en la época de los sesenta cuando se convirtió en el buque insignia de Hollywood en favor de los derechos civiles de las minorías, de la mano de la lucha que llevaba a cabo el doctor Martin Luther King Jr.
El año más importante de Potier fue el de 1967 cuando, además de ¿Adivina quién viene a cenar? Estrenó otras dos películas: En el calor de la noche y Al maestro con cariño. Estas películas, donde se toca el tema del racismo, contribuyeron a la lucha de los derechos de los afroamericanos en Estados Unidos,
"Los negros que aparecían en las películas cuando yo empezaba siempre eran estereotipos negativos: payasos, mayordomos arrastrados, inadaptados… Yo elegí no formar parte de esos tópicos. Quiero que mis hijos se vean reflejados en el cine", explicó Poitier justamente en ese año de 1967.
Cuando recibió el Óscar honorífico en 2001, Poitier subió al escenario y, tras llevarse la mano al corazón, dijo: "Acepto este premio en recuerdo de todos los actores afroamericanos que lucharon antes que yo en los años difíciles". La dignidad representada en los papeles que le tocó interpretar, fue la misma esa noche, con Hollywood a sus pies.