Tañarandy es un pequeño pueblo situado en la ciudad de origen franciscano San Juan Bautista, Departamento de Misiones, al sur de Paraguay. Hasta ahí llegan miles de personas de otras regiones de Paraguay e incluso de países vecinos como Argentina y Brasil, para ser parte de esta tradicional procesión.
Un camino de tierra, iluminado por candiles de apepú (fruta cítrica similar a la naranja) sirve de escenario para la multitudinaria procesión de la Virgen de los Dolores, en el atardecer de cada Viernes Santo, en Tañarandy. Este año, unos 25.000 candiles iluminaron el recorrido.
Para la ocasión, los estacioneros - un coro integrado por hombres y mujeres que cantan con lamentación – fueron los encargados de acompañar el camino de La Dolorosa hasta la Iglesia principal de San Ignacio; donde por primera vez en 30 años, se produjo el encuentro entre la Virgen y la imagen del Cristo de la Reducciones.
Religiosidad y arte, de la mano de un gran artista
Koki Ruiz, quien saltó a la fama mundial tras elaborar un majestuoso altar hecho en base a frutos de la tierra para una de las celebraciones realizadas durante la visita del papa Francisco a Paraguay en el 2015, es quien dirige el aspecto artístico de esta procesión.
Los pobladores de San Ignacio y de Tañarandy son los encargados de elaborar los candiles que son rellenados con alcohol; y se utilizan de velas para el Yvága Rape (expresión en el idioma guaraní que significa Camino del Cielo). Esta actividad une a miles de familias durante los días previos a la Semana Santa.
En ocasiones anteriores, Koki Ruiz también convocaba a actores de todo el país para representar cuadros vivientes y se elaboraba un enorme retablo. Este año, la consigna ha sido retomar a los orígenes; por lo que la actividad central será el recorrido por el camino de la luz, acompañando a la Virgen de los Colores.
Tradición de Semana Santa
Paraguay es uno de los países más católicos de América del Sur; con más del 90% de su población como profesos de esta fe, según datos de la Dirección de Estadísticas y Censo. A pesar de que la Semana Santa es cada vez más promocionada como una semana para hacer turismo, las tradiciones de origen religioso no pierden vigor.
Una de las actividades más populares es la elaboración de la chipa (pan a base de yuca y maíz) que reúne a las familias en torno a su preparación. Además, el Jueves Santo, simbolizando la última cena de Jesús con sus discípulos, se realiza el Karu Guasu (ex presión en guaraní que significa la gran comida); en donde los miembros de los hogares se reúnen en torno a una mesa.
Los Viernes Santo, además de la Celebración de las Site Palabras y el Vía Crucis, miles de familias realizan un recorrido que incluye a siete iglesias diferentes; hasta donde se llegan para agradecer o pedir a Dios por la salud y el trabajo de los seres queridos.