Sé que estas pasando un mal momento, pero no te aflijas ni te desanimes. Son los momentos de debilidad que aprovecha el demonio para meternos miedo. Sabe que el miedo paraliza, nos aleja de la oración, nos sumerge en la oscuridad. Quiere que descuides la oración, porque así te vas a debilitar espiritualmente. Es un grave error. No lo hagas.
En medio de la zozobra dile una y otra vez: “Jesús, yo confío en ti”. Vamos, dilo nuevamente, esta vez que te brote del corazón: “Jesús, yo confío en ti.
Jesús estará contigo, confía
Jesús estará a tu lado en cada batalla. No tengas miedo. Confía en Él.
Cuando ya no puedes más, ¿qué hacer? Ora y confía. Jesús nunca te abandonará.
Oraciones poderosas
Esta tarde la he pasado con esta jaculatoria en los labios: “Jesús, yo confío en ti”.
Piensas en los problemas que parecen insuperables y no les encuentras una solución para salir adelante. Es el momento de entregarle esa dificultad y decirle con todo el amor de que somos capaces:
“Sabemos que eres el Hijo de Dios, Todopoderoso
y nada hay imposible para ti. Pongo mi vida
en tus manos. Oh Jesús, yo confío en ti”.
Es un buen momento para ser humildes, sencillos y proclamar:“Jesús, yo confío en ti”.
Nos afligen las zozobras, temores, no sabemos qué hacer. Me ha pasado tantas veces... Confíale a Jesús tus dificultades, tu familia, tu trabajo, tu vida. Es el Hijo de Dios.
Nada hay imposible para Él
Te diré qué hacer y es muy sencillo. Ve al Sagrario y habla con Jesús.
Cuéntale todo y pídele que te ayude. No imaginas lo ilusionado que está Él por verte llegar. Jesús está VIVO en ese Sagrario.
Te escuchará, consolará y te dará las gracias que necesitas, te fortalecerá para que puedas enfrentar ese problema y salir victorioso. Esto te lo garantizo. Puedo hacerlo. He visto con mis ojos milagros patentes, extraordinario.
Qué diferentes serían nuestras vidas si confiáramos en Jesús.
“Jesús, y confío en ti”. Díselo. Que te escuche. Que lo sepa.
No tengas miedo. No temas. Todo saldrá bien. Tú confía en Jesús.
¿Puedo pedirte un favor? Cuando vayas a verlo al Sagrario dile: “Jesús, Claudio te manda saludos”. Ya sabes que me encanta sorprenderlo.
“Gracias Jesús por amarnos tanto.”
¿Te gustaría compartir tus experiencias con Jesús? En Aleteia queremos escucharte. Te dejo mi email personal cv2decastro@hotmail.com