"Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón"
Cuando amas a una persona lo quieres saber todo sobre ella. ¿Te ha ocurrido? Ocurre con el novio o la novia. Quiere conocer su vida, sus gustos, sus alimentos y películas preferidas. A veces pasas una vida descubriendo todo sobre el amor de tu vida. Y nunca te cansas de saber más.
Me ocurre igual con Jesús y su Iglesia. Siento una necesidad natural de amarla y conocerla más, descubrirla. Para mí sigue siendo un misterio, como los misterios por descubrir de Dios. Nuestras limitaciones humanas siempre nos detendrán en algún momento.
He llegado a pensar que en ciertos casos, es mejor confiar más en Dios que descubrir más de Él.
La Iglesia tiene grandes tesoros espirituales, documentos extraordinarios por redescubrir, para personas sedientas de la verdad.
Valiosas perlas de sabiduría a tu alcance
En Aleteia tratamos de compartir nuestros valores en la fe e instruir a nuestros lectores. Te recomiendo este artículo maravilloso: “Cómo funciona la Iglesia católica”:
Solemos pensar que las cartas encíclicas papales son documentos con textos muy complejos, escritos para los cardenales, obispos y sacerdotes, pero no siempre es así. Nada te impide leerlos y llenarte de conocimientos.
Tenemos por ejemplo la carta encíclica del papa Francisco Laudato sii, para la protección del planeta. La leí y la aprecié. Aprendí muchísimo.
Tengo una curiosidad natural por los temas de la Iglesia. Me encanta aprender.
Buscando información sobre un tema que me apasiona, “el Cuerpo Místico de Cristo” encontré un verdadero tesoro espiritual y te lo quiero compartir. Debes leerlo.
El Cuerpo Místico de Cristo
Está al alcance todos en Internet. Me ha dejado de una pieza. Es un documento “maravilloso” por redescubrir de parte de laicos, sacerdotes y religiosas…
Es la carta encíclica de Pío XII, escrita en 1943, sobre la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo.
Te paso el enlace y te comparto un párrafo que me impresionó mucho por un motivo que te explico.
Este último párrafo me llamó bastante la atención. Fue increíble.
Oración y sacrificio
Me hizo pensar en una solicitud que hizo la Virgen María en Fátima a los tres pastorcillos, Francisco, Jacinta y Lucía, ¿te diste cuenta?
Son estas fuertes palabras que estremecen el alma y se relacionan con la encíclica.
La pregunta importante que debemos hacernos es ésta: “¿La escucharemos?”
¡Dios te bendiga!
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