Perú finalmente pudo celebrar a lo grande la festividad en honor al Divino Niño del Milagro, de la Ciudad de Eten. En este caso, una devoción que está vinculada al único milagro eucarístico que ocurrió en Perú hace 373 años (1649). Increíblemente, también registrado en internet hasta por el propio beato Carlo Acutis.
Según informó la Iglesia de Perú, la celebración estuvo acompañada a través de diversos homenajes como en la Catedral de Chiclayo y una peregrinación. Lo mismo con una misa central en Eten.
Uno de los puntos de destaque fue el momento en que el obispo de la diócesis de Chiclayo, monseñor Robert Prevost, recibió el acta final con la inscripción legal a nombre de la Iglesia del terreno donde se construirá el santuario en honor a este milagro eucarístico.
“La sagrada imagen llegó por primera vez a la Iglesia Santa María Catedral, donde fue recibida por la cuadrilla de la hermandad Señor de los Milagros de la Catedral”, recordó la crónica publicad por la Iglesia de Perú.
“A lo largo de su camino se le tributaron múltiples homenajes de niños, jóvenes y adultos apostados en instituciones como las IE Santa María Reina, Santa Ángela, San Martín de Porres, la clínica Chiclayo, la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC), la Basílica San Antonio, el hospital regional Las Mercedes, la clínica Auna, el Colegio de Ingenieros del Perú filial Lambayeque, la Municipalidad Provincial de Chiclayo, la Asociación de Etenanos Residentes en Chiclayo, el hospital nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, entre otras instituciones, empresas y familias que profesan devoción a la Eucaristía”, prosiguió.
“Muchos en sillas de ruedas y con muletas así como mujeres embarazadas acompañaban la sagrada imagen”, agregó.
Puedes revivir la fiesta aquí (imágenes):
“Ciudad eucarística”
En tanto, mientras la alegría de este homenaje persiste, una vez más se recuerda que Eten busca ser reconocida como “Ciudad Eucarística”. Para ello se siguen realizando gestiones como aquella en la que el obispo de Chiclayo el entregó al papa Francisco (en 2019) un documento con la historia de la devoción.
En ese sentido, también se recordó que ese reconocimiento oficial implicaría la distinción como el primero de las Américas y el único milagro eucarístico de Perú. Esto también significaría un gran impulso como sitio de peregrinación a nivel internacional.