Muchas personas sueñan con ganar la lotería con la esperanza de que se terminen sus problemas económicos, o poder comprar esas cosas que siempre han querido. Pero cuando Marcel Lussier de Brossard, Montreal (Canadá), escuchó que había ganado la friolera de 70 millones de dólares en la lotería canadiense hace unos días, sus pensamientos se dirigieron a ayudar a los demás.
Lussier, jubilado de Hydro-Quebec, una empresa eléctrica pública, ha dicho que quiere usar parte del dinero para ayudar a reconstruir Ucrania; y ya está discutiendo la posibilidad de donar casas prefabricadas con un empresario.
Pero también quiere hacer un buen uso de su dinero más cerca de casa. Según contó a Montreal Gazette, quiere construir un centro que ayude a adultos con autismo en Quebec, un proyecto que describe como "cercano a su corazón".
Además de filántropo, Lussier también ha mostrado su lado romántico. Ahora que se relajan las restricciones por el COVID, quiere llevar a su esposa a un crucero. Y también espera disfrutar de su pasión por la historia, y viajar más para ampliar su investigación sobre figuras históricas que lleva estudiando desde que se jubiló hace 20 años.
El flamante millonario compartió con CTV News que cuando revisó el sitio web de la lotería la mañana después del sorteo "fue un día normal como los demás, sin estrés. Estaba tranquilo, normal". Pero cuando vio subir sus números, pudo sentir que su presión arterial aumentaba.
Es inpirador ver a alguien hacer planes tan nobles para su inesperado premio de la lotería. Con suerte, las ayudas de Lussier a sus causas favoritas darán muchos frutos en los años venideros.