Con el mayor sigilo, las mujeres de la prisión femenina de El Guatao en La Habana redactaron una carta que discurre en perfecta sintonía con lo demandado, en nombre del papa Francisco, al gobierno cubano: la libertad de aquellos que se encuentran detenidos y sometidos a los más injustos procedimientos y condenas debido a las jornadas de protestas del «11J».
No se sabe -y no debe saberse- cómo la carta llegó a manos de una periodista independiente, Mónica Baró Sánchez, quien no reside en Cuba y la hizo circular al exterior. La mencionada periodista aclaró: «Por eso lo publico yo y no la persona que lo obtuvo. Además, para mí es un honor sacarlo a la luz».
La periodista señaló: «Siempre que pienso en los cientos de presos políticos cubanos pienso que yo también pude ser uno más de ellos o que algún miembro de mi familia pudo o podría serlo. Porque nadie está a salvo en un país donde no existen garantías para los derechos humanos».
No es una carta cualquiera
Pero no era una carta cualquiera: estaba firmada con sus huellas digitales plasmadas en la propia sangre de las reclusas, un detalle impresionante que, según ellas explicaron, simbolizó «nuestro sacrificio y entrega a la causa cubana y la firmeza de nuestros ideales ¡Libertad para los presos políticos!». Impresiona y emociona la fe en un futuro libre para Cuba que supone su liberación y la fuerza inconmovible de sus convicciones.
Y son valientes. La prisión de El Guatao, como todas las prisiones femeninas en la isla, según se ha descrito, son «un cementerio de mujeres vivas». En particular, desde El Guatao, se ha denunciado maltratos y hasta asesinatos.
Sin ir muy lejos en el tiempo, en febrero de este año, una joven cubana falleció mientras se encontraba interna en esa prisión de mujeres y su madre circuló la denuncia a través de las redes sociales. En aquella ocasión, la consternada mujer escribió en su perfil de redes:
«Yo Yamilka Toledo Rodríguez madre de Yessica Torres Toledo. Yo respeto la revolución. Me disculpan lo que voy a escribir aquí, estoy sufriendo y no puedo seguir callada. Mi hija Yessica fue asesinada en la prisión Campamento de mujeres Guatao, la maltrataron y la mataron, yo tengo que luchar porque es mi hija y tiene un hijito de 6 añitos con problema de salud».
Desde el 2021, además del aislamiento, cuatro activistas opositoras que participaron en las protestas del 11 de julio, quedaron sin acceso a cualquier medio para escribir cartas mientras las llamadas telefónicas solo se les permitirán cada 15 días. Esta vez han logrado escribirla y hacerla llegar a la prensa internacional.
Sin lugar a dudas, la prisión en Cuba tiene rostro de mujer. Las mujeres hoy llenan las cárceles. También son las madres, hermanas y novias las que más visitan, son ellas las que denuncian, alzan la voz y claman por sus hijos e hijas encerrados.
Firmada con sangre
Hoy, debido a esa carta que se ha hecho pública, sellada con su propia sangre, podemos apreciar no sólo el coraje de estas mujeres cubanas, sino la certeza que tienen de que no están solas y que su agradecimiento a la Iglesia y al Papa lo confirma.
La carta destacaba un propósito: «Exigimos al régimen de La Habana que respete y cumpla lo dispuesto por el máximo pontífice de la Iglesia católica, el papa Francisco, quien a través de su emisario, envió su deseo y ordenanza para nuestra liberación».
Precisan que se trata de un mensaje para el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y una muestra de «agradecimiento al representante de la Iglesia en el mundo» por preocuparse por la situación de los presos cubanos por las protestas del «11J».
El pasado febrero se produjo la visita a Cuba del cardenal Beniamino Stella, enviado del papa, quien aseguró en La Habana que Francisco «desea mucho» la liberación de los presos por las protestas del «11J».
Las represalias
Ese acto de coraje y de consecuencia con sus ideas e ideales, pronto les trajo consecuencias. La presa política cubana Lizandra Gongora confirmó, desde una cárcel en La Habana, que han tomado represalias contras las mujeres que firmaron esa viral misiva.
La activista cubana Betty Guerra Perdomo compartió un audio donde la presa política Lizandra Gongora confirma de su propia voz que fueron llevadas a corte por la acción valiente que asumieron.
Firman, entre otras, Mariuska Díaz, Angélica Garrido Rodríguez, María Cristina Garrido Rodríguez, Gloria López, Mailene Noguera, Lizandra Góngora, Yessica Coimbra y Odett Hernández.
Uno de los familiares ha dado a conocer en su perfil: «Familia, este audio lo ha mandado Lizandra Gongora desde la prisión del Guatao. Está denunciando que ella y las demás valientes #PresasDeCastro que firmaron con su propia sangre la carta que se viralizó el día de ayer, han sido llevadas a corte dentro de prisión».
Como caimán en boca de caño
¿Qué sigue contra ellas? Todo está a la vista, visibilizado gracias a quienes obtienen información y la comparten. Veremos qué sigue contra ellas. Pero lo cierto es que no están solas y el régimen lo sabe. El mundo observa.
El cardenal Beniamino Stella, durante su visita a la Isla, aseguró previamente que «el Papa desea mucho que haya una respuesta positiva» por parte del Gobierno cubano ante las peticiones de la Iglesia católica para la liberación de los manifestantes. Díaz-Canel (y fue explícito) prometió al Vaticano buscar «solución a las expectativas de ambas partes».
De manera que el Papa Francisco permanece, al decir de un criollismo venezolano, «como caimán en boca de caño».