Los obispos de Bolivia emitieron este miércoles 24 de mayo una nueva declaración vinculada a los casos de abusos sexuales que han estado golpeado al país latinoamericano en las últimas semanas.
En ese sentido, según información divulgada por la propia Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), se anunció la creación «de una Comisión Nacional de Escucha y una Comisión Nacional de Investigación que determinen responsabilidades y visibilicen lo sucedido en los casos de abusos sexuales».
Al mismo tiempo, se marcó el «compromiso de trabajar para prevenir y brindar a las familias la certeza de que los niños y jóvenes estarán seguros en ambientes de la Iglesia».
«Sordera e insuficiencia»
Este pronunciamiento de la Iglesia coincide con la llegada a Bolivia de monseñor Jordi Bertomeu Farnós, oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y especialista en temas de abuso sexual.
Además, la declaración leída por el secretario general de la CEB, monseñor Giovani Arana –estuvo acompañado por María Beysabel Espinoza, responsable de la Pastoral Familiar de la CEB- se caracterizó por algunos reconocimientos especiales.
Por ejemplo, en el comunicado hubo un claro mensaje a las víctimas, familias y comunidad eclesial en el que los obispos reconocen que en lugar de recibir la protección y el cuidado que merecían, «se encontraron con una Iglesia sorda a sus sufrimientos».
Por otro lado, más allá del compromiso para hacer todo lo que se pueda en cuanto acompañamiento y reparación de las víctimas, también se indicó que los esfuerzos realizados hasta el momento en el ámbito de la prevención (creación de protocolos, códigos de conducta y capacitación de agentes pastorales para atender y escuchar denuncias) «resultan insuficientes».
Precisamente, esto es lo que justifica ir más allá y crear dos comisiones para escuchar e investigar. Por último, los obispos también se comprometieron a «comunicar de manera transparente a la opinión pública los avances que se vayan logrando». Lo propio en cuanto a la colaboración con organismos como el Ministerio Público, Policial y Judicial para el esclarecimiento de los hechos.
Revisión de antecedentes y archivos
En los últimos días quien también se pronunció sobre la difícil situación que atraviesa Bolivia con respecto a los casos de abusos sexuales fue el presidente Luis Arce, quien a través de una carta dirigida al papa Francisco pidió acceso de la justicia a los archivos de casos de pederastia cometidos en Bolivia.
Al mismo tiempo, Arce le anunció al Papa que el Estado Plurinacional «se reservará el derecho de admisión de nuevos sacerdotes, mientras se elabore un nuevo acuerdo de relacionamiento con la Santa Sede», tal cual recordaron medios locales como la Agencia Boliviana de Información (ABI).
En otra parte de la misiva, Arce le pide lo siguiente al Papa: «La revisión conjunta, con nuestro Gobierno Nacional, de los antecedentes de los sacerdotes católicos extranjeros que actualmente se encuentran en el Estado Plurinacional de Bolivia, pues ningún sacerdote con antecedentes de abusos sexuales contra la niñez y adolescencia debe estar desempeñándose como educador o guía espiritual en nuestro país».
Por otro lado, continúa ABI, se indicó que desde el gobierno boliviano –a modo de prevención- se trabaja en mecanismos de control y revisión de antecedentes personales para el ingreso a territorio local de nuevos sacerdotes y religiosos extranjeros.
«El Estado boliviano se reserva el derecho de admitir el ingreso de nuevos sacerdotes y religiosos extranjeros a territorio nacional que tengan estos antecedentes de abuso sexual contra menores, entretanto se proceda con la revisión de los acuerdos y convenios vigentes, y se concluya la negociación del ‘Acuerdo entre el Estado Plurinacional de Bolivia y la Santa Sede’ que, además, deberá incluir recaudos para que no se repitan los hechos que motivan esta nota», se subraya.
Un escándalo que fue creciendo de tono
La «onda expansiva» que sigue sacudiendo al país sudamericano ha comenzado tras la publicación por parte del periódico español El País en la que aparecen referencias al caso de pederastia que involucra al sacerdote español jesuita Alfredo Pedrajas, fallecido en 2009 y con varios años en Bolivia.
Esta situación ha provocado -además de la suma de nuevas denuncias vinculadas a casos de abusos generando que la situación subiera de tono y hasta mereciera una mirada a nivel internacional- un rápido accionar de parte de los jesuitas de Bolivia (anunciaron medidas a través de varios comunicados). Del mismo modo, un pronunciamiento en una primera instancia de la propia Iglesia con el pedido de perdón y reafirmación de la «tolerancia cero».
En tanto, ahora surge una nueva declaración de la Iglesia en Bolivia con una mirada más centrada en las víctimas, donde también se hace un fuerte reconocimiento de omisiones y se establecen nuevas acciones.
