Sin mencionar la investigación en curso de la justicia vaticana sobre la desaparición de esta joven romana, hija de un empleado de la Santa Sede, ocurrido el 22 de junio de 1983, el pontífice aseguró a su familia, y en particular a "su madre", su cercanía y su oración.
Fue el primer discurso de un Papa sobre el tema desde los ocho llamamientos públicos lanzados por Juan Pablo II durante su pontificado. Después de hablar, el pontífice, con aspecto serio, guardó un largo silencio, recibido por los aplausos de la multitud.
El Papa Francisco también extendió su intención de oración "a todas las familias que sufren el dolor de la desaparición de una persona querida".
En la plaza de San Pedro, por iniciativa del hermano de la desaparecida, Pietro Orlandi, un centenar de personas sostuvieron el retrato de la joven, así como pancartas en las que estaba escrito su nombre. Aguas arriba del Ángelus, el hermano había organizado una sentada frente al Castel Sant'Angelo.
La madre de Emanuela Orlandi aún reside dentro del Vaticano, en el apartamento oficial de su marido, fallecido en la década de 1990. Este último era empleado de la prefectura de la Casa Pontificia.
Gracias al estreno el pasado mes de octubre de una serie emitida por Netflix sobre el caso Orlandi, el interés en torno a esta desaparición ha aumentado significativamente.
El pasado mes de enero, el Vaticano, considerando que iban surgiendo nuevos elementos, decidió abrir una nueva investigación sobre el caso -habiendo finalizado la última en 2020. El pasado 22 de junio, el promotor de justicia del Vaticano ha anunciado que su investigación continuaba en colaboración con la justicia italiana, y que "ciertas líneas de investigación" seguidas en los últimos meses merecían ser "a fondo".