"Gracias por venir con este calor", saludó primero el pontífice de 86 años al abrir su catequesis. Al llegar al inicio de la reunión, el Papa había dado un paseo en el papamóvil en medio de la multitud y había dado algunos pasos para llegar a su asiento en el podio.
Continuando sus meditaciones sobre el tema de la evangelización, centró sus intervenciones en la figura de la santa australiana Mary MacKillop (1842-1909), fundadora de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, que dedicó su vida "a la vida intelectual y religiosa formación de los pobres en la Australia rural".
Para Mary MacKillop, subrayó el Papa, la "mejor manera" de "difundir la Buena Nueva y atraer a otros al encuentro del Dios vivo" era la educación. Y el santo atendió especialmente a los jóvenes pobres y marginados, observó, antes de dejar sus notas para insistir: "El protagonista de la historia es el mendigo. […] Ellos son los que llaman la atención sobre esta gran injusticia que es la gran pobreza del mundo. […] No hay santidad sin que haya de una u otra manera preocupación por los pobres".
Impulsada por esta preocupación, Mary MacKillop fue "a donde otros no querían o no podían ir", continuó el pontífice, citando sus muchas fundaciones de escuelas en comunidades rurales de Australia y Nueva Zelanda.
Aprovechando la oportunidad para abogar nuevamente por un "pacto educativo" en la sociedad, el jefe de la Iglesia Católica subrayó que la educación "no consiste en llenar la cabeza de ideas […], sino en acompañar y animar a los alumnos en el camino de la crecimiento humano y espiritual, mostrándoles cómo la amistad con Jesús resucitado ensancha el corazón y hace más humana la vida".
Finalmente, el Papa rindió homenaje a la "gran fe" de Mary MacKillop que se mantuvo "tranquila" en las pruebas, "siempre convencida de que, en todas las situaciones, Dios proveía". "Hija mía, durante muchos años he aprendido a amar la Cruz", le confió un día la santa. "Todos los santos han encontrado oposición, incluso dentro de la Iglesia, es curioso", deslizó luego el Papa.
Como cada año, las audiencias generales, particulares y especiales del Papa quedan suspendidas desde el 1 de julio, hasta fin de mes. Sus audiencias se reanudarán el 9 de agosto, cuando regrese de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa.