Los jóvenes franceses que participaron en la JMJ de Cracovia (Polonia) en julio de 2016 la recordarán en parte como una Jornada Mundial de luto. En vísperas del inicio del gran evento, dos terroristas islamistas degollaron al padre Jacques Hamel, de 86 años, en su iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, cerca de Rouen. Consternado, el Papa Francisco habló varias veces de esta tragedia y permitió que se abriera antes de lo previsto la causa de beatificación del sacerdote mártir.
El anciano sacerdote celebraba misa la mañana del 26 de julio cuando los dos terroristas tomaron rehenes en la iglesia y le degollaron, conmocionando a Francia y más allá. La noticia ensombreció la alegría de los jóvenes cristianos reunidos en Cracovia para esperar al Papa. El arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, que también se encontraba en la capital polaca, abandonó urgentemente el país para apoyar a la comunidad católica de Saint-Étienne-du-Rouvray. «Clamo a Dios, junto con todas las personas de buena voluntad», escribió el prelado en un comunicado.
El atentado, que se produjo doce días después del perpetrado en el Paseo de los Ingleses de Niza y afectó directamente a la Iglesia católica, tuvo repercusiones mucho más allá de Francia. Pocas horas después del asesinato, el Papa Francisco envió sus condolencias a la diócesis, declarándose «particularmente conmocionado por este acto de violencia que tuvo lugar en una iglesia durante una misa, acción litúrgica que implora la paz de Dios para el mundo».
En su mensaje, el Papa Francisco aseguró a monseñor Dominique Lebrun «su cercanía espiritual» y se asoció «a través de la oración al sufrimiento de las familias, así como al dolor de la parroquia y de la diócesis de Rouen». Durante esta oscura jornada, el jefe de la Iglesia católica también recibió una llamada del Presidente de la República Francesa, François Hollande. «El presidente francés ha querido ponerse en contacto conmigo por teléfono, como un hermano, se lo agradezco», dijo el pontífice en el avión de Roma a Cracovia el 27 de julio de 2016.
En declaraciones a los periodistas, el Papa rindió homenaje al fallecido, diciendo: «Este santo sacerdote murió en un momento en el que ofrecía sus oraciones por toda la Iglesia». Y lamentó: «No tengamos miedo de decir esta verdad: el mundo está en guerra porque ha perdido la paz». El Pontífice argentino aclaró, sin embargo, que no hablaba de «una guerra de religiones», porque «todas las religiones quieren la paz».
Unas semanas después, el 2 de octubre de 2016, el arzobispo Lebrun anunció que el Papa Francisco había decidido prescindir del plazo de cinco años que habitualmente se exige para la beatificación del padre Jacques Hamel. El expediente de su proceso de beatificación fue entregado al dicasterio para las Causas de los Santos el 10 de abril de 2019 por el arzobispo de Ruán.